Biología, Botánica, Genética y Zoología


Deforestación y la Selva Amazónica


ECOLOGÍA APLICADA. CURSO 1999- 2000.

Tema 8: Deforestación. El problema de la selva Amazónica. Parte I.

  • Introducción.

  • Deforestación en la antigüedad.

  • Deforestación en los últimos años.

  • Ritmo de deforestación y superficie deforestada.

  • Agentes de deforestación.

  • Agricultura.

  • Ganadería.

  • Industria maderera.

  • Otros.

  • Economía y Comercio.

  • Importancia del bosque.

  • Para el hombre.

  • Para la Ecología.

  • Efectos de la deforestación.

  • Incendios.

  • Efecto invernadero.

  • Erosión.

  • Pérdida de biodiversidad.

  • Efectos en la salud humana.

  • Efectos en la Economía.

  • Perspectivas de futuro.

  • Soluciones a la deforestación.

  • Reforestación.

  • FSC.

  • Gestión Forestal.

  • Parques Naturales.

  • FAO.

  • Reciclaje.

  • BIBLIOGRFÍA.

    • HARE, TONY. 1991. La destrucción de los hábitats. Ediciones SM. Madrid.

    • PALUZIE, LLUIS. 1990. Espacios naturales protegibles. Ed. UPC.

    • Varios autores. 1998. La situación del mundo. 1998. Informa del WorldWatch Institute. Icaria Editorial. Barcelona.

    ECOLOGÍA APLICADA. CURSO 1999 - 2000.

    TEMA 8: Deforestación: El problema de la selva Amazónica. Parte II.

  • Introducción.

  • Localización.

  • Descripción de la zona.

  • Características del ecosistema.

  • Deforestación.

  • Deforestación actual.

  • Causas de la deforestación.

  • Efectos de la deforestación.

  • Asuntos sociales.

  • Política.

  • Economía.

  • Problemas sociales.

  • Soluciones.

  • Erróneas.

  • Proyectos.

  • Ejemplos.

  • Conclusión.

  • BIBLIOGRAFÍA

    • MOORE, P. 1999. Canberra Times. (http:\\ www.wwf.es).

    • Varios autores. 1993. El Mundo de National Geographic. Maravillas de la Naturaleza II. Pp. 173. Ediciones Folio, S. A. Madrid.

    • Varios autores. 1993. El Mundo de National Geographic. Nuestro Maravillosos Planeta Tierra I. Pp: 90-91. Ediciones Folio, S. A. Madrid.

    • Varios autores. 1993. El Mundo de National Geographic. Selvas Tropicales I y II. Ediciones Folio, S. A. Madrid.

    • Varios autores. 1969. Moderna Enciclopedia Ilustrada. Ediciones Nauta, S. A. Barcelona.

  • INTRODUCCIÓN.

  • Deforestación en la antigüedad.

  • La mayor parte de las áreas boscosas de Inglaterra habían quedado deforestadas en 1350. En Europa y América del Norte se aceleró la deforestación durante los siglos XVIII y XIX con el fin de despejar tierras y dedicarlas a cultivos alimenticios para abastecer a las ciudades industriales y hacer frente a las necesidades de combustibles y de materia de construcción.

  • Deforestación en los últimos años.

  • La deforestación tropical aumentó rápidamente a partir de 1950, con la ayuda de maquinaria pesada. Desde entonces, el crecimiento de la población humana ha llevado también a la destrucción de zonas forestales por la vía más difícil, a mano.

    Las tasas anuales de deforestación en 52 países tropicales prácticamente se duplican en 1981 y 1990. La deforestación para pastos fue una importante causa de deforestación en los bosques brasileños y centroamericanos en la década de los '70 y '80 impulsada por programas gubernamentales para crear grandes ranchos.

    Hasta los decenios más recientes, la mayor parte de la pérdida forestal se producía en Europa, Norte de África y Oriente Medio y zonas templadas de América del Norte; en los comienzos del siglo XX estas regiones habían quedado en gran parte desprovistas de su cubierta primitiva.

    El 90 % de los bosques de coníferas del noroeste de EEUU ha sido talado por los leñadores. Más al sur, donde los bosques de hoja caduca crecen en suelos que resultan ideales para el cultivo, sólo quedan islotes dispersos de árboles en un mar de tierra cultivada. Esto también ha ocurrido en muchos países europeos.

    La mitad de la deforestación de los '80 se produjo en sólo seis países, Brasil, Indonesia, R. D. Del Congo, México, Bolivia y Venezuela. Los bosques tropicales secos, los manglares, los bosques húmedos de la zona templada de América del Norte han experimentado también pérdidas muy elevadas. En los últimos 200 años, África ha perdido el 52 % de sus selvas tropicales, Asia el 42 %, y Centroamérica y Sudamérica el 37 %.

  • Ritmo de deforestación y superficie deforestada.

  • La deforestación avanza a un ritmo de 17 millones de Ha / año (superficie que supera la de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte).

    La deforestación afecta al medio de vida entre 200 y 300 millones de personas que dependen de los bosques para obtener comida, abrigo y combustible.

    Antiguamente se pensaba que la deforestación contribuía al desarrollo nacional. El capital forestal fue liquidado y reemplazado por otras formas de capital para generar alimento, materia prima, energía e infraestructura.

    A mediados de los '50 la superficie total forestal superaba los 6000 millones de Ha, pero la competencia de otros usos agrarios y urbanos la ha reducido casi en una tercera parte. La superficie cubierta actualmente por los bosques es de 4140 millones de Ha, equivalentes al 32% de la superficie de la Tierra en todo el mundo, de los que 2200 están en regiones en desarrollo.

  • AGENTES DE DEFORESTACIÓN.

  • Agricultura.

  • La agricultura de tala y quema, un tipo de agricultura itinerante muy practicado por los pequeños agricultores de las regiones tropicales y campesinos pobres, fue la responsable del 45% de la deforestación en África y Asia en 1980; tras unos pocos años de cultivo, muchos suelos sólo pueden sustentar pradera y matorral por lo que la agricultura tiene que trasladarse a otros bosques que acondicionan para el cultivo, en este caso mediante la tala de las cubiertas vegetales y el fuego.

    Los silvicultores de todo el mundo han talado bosques naturales para abrir hueco a plantaciones más rentables.

    La quema regular para mantener grandes pastos, es común en el África seca.

    La deforestación para obtener leña, constituye un problema en las áreas más secas de África, el Himalaya y los Andes, ya que el suelo es pobre y no puede sustentar el cultivo durante mucho tiempo.

    En África tropical el 70% de la deforestación es provocada por la agricultura, en Asia tropical el 50%, en Centroamérica y países Andinos es el 35%.

    Cerca de 250 millones de personas subsisten gracias al cultivo no continuo de los bosques tropicales, lo que supone alrededor de un 35% de la población total de estas zonas.

    Los cultivos migratorios realizados en las zonas forestales de forma intensiva a base de reducir el período de barbecho y no permitir la adecuada regeneración de los suelos (de ocho a doce años en las selvas tropicales y de veinte a treinta años en territorios más secos) ha dejado de ser una práctica estable para convertirse en una acción que destruye con rapidez la cubierta vegetal.

  • Ganadería.

  • El sobrepastoreo impide la regeneración de las especies madereras, transformando paulatinamente el bosque en sabanas o pastos; este proceso a veces se acelera por incendios deliberados para obtener un brote de hierba de breve duración.

    En general, el sobrepastoreo es una importante causa de degradación de las formaciones arboladas abiertas de las zonas tropicales, que tienen una especial relevancia en las sabanas africanas.

  • Industria maderera.

  • Las explotaciones madereras constituyen una causa importante de deforestación en el Sudeste de Asia, África central y hasta cerca de 1990, África occidental. La tala suele dañar más árboles de los que derriba. Los productores madereros del noroeste de América del Norte y Siberia, a menudo reponen la cubierta arbórea mediante plantaciones, o dejan que el área se regenere naturalmente por el proceso de sucesión, aunque mientras se establece la comunidad vegetal, se produce la erosión y la degradación del suelo.

    Al desarrollarse la colonización y la infraestructura en selvas tropicales, y bajar los costes del transporte en el decenio de 1980, la explotación maderera empezó a desempeñar un papel primordial en el proceso de deforestación; desde estas fechas la producción de madera en las selvas tropicales se ha multiplicado por 34.

    Muchos países asiáticos han agotado sus recursos forestales, y se dirigen a donde les es posible conseguir más madera; algunos de estos aprovisionamientos proceden de bosques templados septentrionales y boreales, como es el caso de las talas de árboles siberianos por firmas surcoreanas y canadienses. Las multinacionales madereras recorren el mundo de parte a parte ya que en el último decenio se han aliviado las restricciones al comercio internacional así como las tarifas aduaneras; nuevas medidas políticas nacionales (como la prohibición de explotaciones de madera, una mayor vigilancia del cumplimiento de la legislación...) han inducido a las compañías a buscar fuera de las fronteras de sus países materia prima y beneficios más elevados; amplían sus operaciones a países de legislación menos restrictiva, tarifas más bajas y poca efectividad en el cumplimiento de normas legales y fiscales , y así obtener mayores beneficios de su cosecha legal (en ocasiones ilegal) de madera.

  • Otros.

  • La deforestación para asentamientos, explotaciones minerales y petrolíferas es localmente significativa, en especial los programas de reasentamiento, puestos en práctica hasta hace poco en Indonesia y Brasil donde los habitantes de zonas superpobladas fueron reasentados por sus respectivos gobiernos en superficies ocupadas por bosques.

    Las construcciones de carreteras y presas han tenido como resultado directo la deforestación. A menudo actúan secuencialmente varios agentes de deforestación; la construcción de carreteras incentiva la explotación maderera, que abre el bosque a la explotación agrícola y a la recolección de leña. Alrededor de la mitad de los bosques tropicales talados acaban siendo dedicados a la agricultura.

    La explotación y la apertura de carreteras crean un mosaico de fragmentos inconexos de bosque; y las carreteras, autopistas, canalizaciones y tuberías de conducción abren todo el bosque a la explotación y a los cambios que introducen las actividades madereras y agrícolas, la minería, la caza, los nuevos pobladores sin tierra y las especies invasoras.

    La red de carreteras construida en el interior de los bosques es muy extensa. Un Km. cuadrado de bosque puede contener hasta 20 Km. de carretera. En los Bosques Nacionales que dependen de la administración federal de EEUU, por ejemplo, existen más de 600.000 Km. de carreteras, suficientes para dar casi 15 veces la vuelta a la Tierra y equivalente a 2,4 veces la red viaria restante. En una inmensa concesión maderera de Indonesia, la construcción de 5000 Km. de carreteras forestales eliminó 40.000 Ha más de lo destinado a la tala directa.

    Por todo el territorio brasileño, al igual que en todas partes, la rápida y extensa deforestación se ha concentrado cerca de las carreteras; el primer proyecto ambicioso fue la autovía a Brasilia, nueva capital del país.; los corredores de transporte facilitan asimismo la reconversión de bosque con vistas a la producción de cultivos agrícolas.

  • ECONOMÍA Y COMERCIO.

  • La deforestación y la degradación de los bosques se produce como respuesta a los indicadores políticos, de mercado e instituciones. Estos tienden a empujar a la gente hacia el bosque, en momentos de dificultad económica o social con el señuelo de los beneficios.

    Muchas políticas infravaloran los bosques, imponiendo costes muy bajos a su explotación, o sobrevalora los beneficios de la deforestación para sus usos, lo que se manifiesta en los subsidios concedidos para bajar los precios de los alimentos. Por contraste, no ofrecen incentivos a largo plazo para cuidar de los bosques. La falta de seguridad en lo que se refiere a la propiedad del bosque y a los derechos de uso de estos favorece una conducta explotadora. Ciertas políticas exigen incluso la deforestación como muestra de que el propietario ha mejorado la tierra. La deuda comercial y oficial de muchos países en vías de desarrollo con los países industrializados, impone a los primeros la deforestación para obtener divisas a cambio.

    Pero no toda la culpa recae sobre los agricultores pobres y los leñadores, de la rápida deforestación, ya que si se tiene una mayor perspectiva se aprecia un incremento en la demanda y el comercio de productos forestales; las medidas políticas y las subvenciones que fomentan la reconversión (para recolección maderera o agricultura y ganadería) favorecen asimismo ese proceso. Esto es lo que ocurre con los bosques de zonas templadas y boreales de Canadá, EEUU y Siberia septentrional, así como los bosques tropicales del Amazonas, África Central y Asia sudoriental.

    El comercio internacional de madera, pasta y papel registra una cifra de 114.000 millones de dólares anuales; el 90% del comercio internacional de madera procede de los bosques templados y boreales.

    El crecimiento demográfico no es la causa primaria del incremento de la demanda de madera redonda (troncos que se talan con destino a madera industrial, papel, leña y carbón) ya que la mayoría de los usuarios finales residen en países ricos, donde la población es relativamente estable (más de la mitad de la madera mundial con destino a usos industriales es consumida por el 20% de habitantes del planeta que viven en Europa occidental, EEUU y Japón. ) El consumo de papel per cápita global se sitúa en unos 46 Kg. por año y en EEUU es de 320 Kg. (el más elevado del mundo), el de Japón es de 232 Kg., el de Alemania 200 Kg., en Brasil es de 31 Kg., en China 24 Kg. y en la India es de 3 Kg.

    La utilidad de la madera es variable: leña, carbón, madera industrial (fabricación de ladrillos, curación del tabaco, papel...). El consumo de papel (sobre todo el papel para prensa periódica y destinado a embalajes) se incrementa más rápidamente que cualquier otro producto forestal (2/3 partes de la producción mundial de papel se obtiene a partir de madera virgen y sólo un 4% se fabrica usando materiales no madereros como el algodón o la paja de arroz; el resto proviene de papel desechado).

    La magnitud y el poder de las compañías madereras y la situación económica, a menudo desesperadas de los países que les dan cobijo, permiten a esas compañías dictar condiciones muy ventajosas. En las islas Salomón, por ejemplo, los propietarios de bosques recibieron 2,70$ por metro cúbico de la madera que las compañías extranjeras vendieron a 350$ por metro cúbico.

    Todo esto, que puede parecer un impulso a corto plazo para la economía nacional, a menudo acaba en una doble pérdida económica y ecológica, mucho después de que haya finalizado la actividad maderera.

    Si los países desarrollados usan la madera con algunos fines ya vistos, los países subdesarrollados usan el 80% de la madera como combustible, ya que viene a ser del orden de 1344 millones de metros cúbicos, que equivalen a 450 millones de toneladas de carbón. Para el Tercer Mundo, la importancia económica de los recursos forestales, puede estimarse en función de los más de 200 millones de personas que viven en los bosques y de los otros más de 2000 millones de habitantes rurales que dependen directamente del abastecimiento de leña como energía doméstica.

  • IMPORTANCIA DEL BOSQUE.

  • Para el hombre.

  • El bosque proporciona al hombre producción de madera y productos no madereros como alimentos, piensos, pescados y medicinas.

    Las poblaciones pastoriles dependen casi exclusivamente de la leña para cocinar, para sus edificaciones y para construir corrales para guardar a sus animales de noche y prevenir las incursiones de los depredadores. La mayoría de los 2500 millones de personas que actualmente viven en las zonas rurales de los países tropicales, dependen fuertemente de la leña para su uso doméstico (cocina y calefacción), aunque también se usa como combustible en industrias rurales como alfarería, fabricación de ladrillos, herrerías y curado de carne, pescado y tabaco; de ahí que este sector (suministro de leña y carbón vegetal para centros urbanos de algunos países subdesarrollados como Asia y América Latina) ha experimentado una evolución favorable en cuanto a la generación de empleos.

    En resumen, que es precisamente el bosque el mejor ejemplo de área natural que contribuye decisivamente al bienestar humano, actuando como amortiguador de las reacciones del entorno; además de la producción de madera y otros productos, los bosques influyen en el clima local y regional haciéndolo generalmente más templado.

  • Para la ecología.

  • El bosque como ecosistema tiene una gran importancia ecológica ya que:

    • Purifica (preserva las aguas limpias, acogiendo a su vez aves, peces, invertebrados y diversas especies silvestres) y regula los cursos acuáticos.

    • Absorbe y descompone los desperdicios.

    • Realiza el reciclado de nutrientes.

    • Da lugar a la formación y mantenimiento del suelo.

    • Favorece la polinización.

    • Controla las plagas, el propio hábitat y proporciona refugio.

    • Regula las perturbaciones de factores climáticos a nivel local y global.

    • Los árboles y arbustos desempeñan un papel importante en el mantenimiento de del funcionamiento equilibrado de los ecosistemas áridos y semiáridos.

    • Proporciona protección al suelo contra el impacto directo de las lluvias (se estima que la escorrentía pluvial sobre un suelo desnudo e inclinado, es del 75% del agua precipitada; si existe un bosque protegiendo el 60% del suelo, aquellas cifras disminuyen hasta alrededor del 8% de ahí su utilidad como protección de las vertientes montañosas contra la erosión).

    • Suministra sombra para la vegetación más baja, animales y seres humanos.

    • Reduce la evaporación.

    • Aseguran una mejor regulación del agua dentro de los suelos.

    • Sus hojas y ramas caídas enriquecen el humus de las capas superficiales.

    • Proporcionan un hábitat para las aves a la vez que juegan un rol importante en el funcionamiento del ecosistema.

    • Formación y mantenimiento de la atmósfera actual (ayuda ala regulación del ciclo del dióxido de carbono).

    • Disminuye la velocidad del viento al actuar de pantalla, así como el polvo atmosférico (una Ha de pino puede retener hasta 36 Tm de partículas en suspensión).

    • Suministra frutos (bellotas, hayucos, castañas, piñones...), setas, trufas, miel..., aprovechables por el hombre o los animales (sean salvajes o domésticos).

    En resumen, el bosque significa un seguro contra la desertización física de un país.

  • EFECTOS DE LA DEFORESTACIÓN.

  • Incendios.

  • Conforme se va facilitando el acceso a los bosques a causa de carreteras y de talas, éstos se hacen más secos y más susceptibles a los incendios. En los últimos 20 años ha aparecido un fenómeno nuevo en los bosques tropicales húmedos: los incendios forestales, anteriormente raros gracias a la humedad, se han generalizado ahora. Los incendios que han devastado zonas de Indonesia y Brasil en 1997 son parte de esta nueva catástrofe ecológica. En el Asia suroriental los incendios fueron motivo de alarma no sólo regional, si no mundial, al quedar calcinada Indonesia, Malasia, Singapur, Tailandia meridional y Filipinas, cubiertas de humo y niebla durante muchos meses en 1997. Los incendios fueron provocados por dueños de plantaciones para la producción de pasta de papel, aceite de palma y caucho con el propósito de eliminar bosque autóctono en Indonesia. Decenas de millones de personas sufrieron las consecuencias, cientos murieron y desaparecieron sistemas de transporte,... ocasionando pérdidas económicas de cientos de millones de dólares. Debido a esto se eliminaron a la atmósfera enormes cantidades de dióxido de carbono (tanto como el emitido durante un año en el Reino Unido).

  • Efecto invernadero.

  • El proceso de calentamiento global se puso en marcha con la aceleración del uso de energía y con el cambio irrefrenable del uso de madera al de combustibles fósiles.

    En el siglo XVIII en Inglaterra, en plena revolución industrial, la combustión de carbón se consolida tras una intensiva tala de bosques.

    Las emisiones de dióxido de carbono habían aumentado el comienzo del siglo XIX; en 1885, el carbón ocupaba el primer lugar de los combustibles, funcionando como combustible en barcos, ferrocarriles, molinos de acero, industrias y hogares.

    En condiciones naturales, la luz del Sol atraviesa la atmósfera y la superficie de la tierra, en donde es absorbida y se convierte en calor; parte de ese calor vuelve al espacio sin dificultad en forma de radiaciones infrarrojos invisibles. Si se perdiera todo el calor, la temperatura global sería de unos - 1.8 grados centígrados, pero el vapor de agua en la atmósfera, dióxido de carbono y otros gases atrapan suficientes radiaciones infrarrojas como para mantener una temperatura media estable de 15 grados centígrados. Ahora, con el aumento de la cantidad total de dióxido de carbono y otros gases que absorben calor, la atmósfera de la tierra puede compararse con un invernadero sobrecalentado. Un caso extremo de atmósfera saturada de dióxido de carbono es Venus; la temperatura es de 450 grados centígrados.

    Cuando se queman combustibles fósiles en el aire, se invierte el proceso de fotosíntesis; el C y el H de las plantas se combina con el O y son liberados en forma de dióxido de carbono y agua; cerca de la mitad del dióxido de carbono sobrante es absorbido rápidamente por el océano y por el bosque, mientras que la mitad restante permanece en el aire durante siglos.

    La liberación de dióxido de carbono mediante la combustión de combustibles fósiles puede verse como una versión artificialmente acelerada de un proceso natural, mediante el cual el C se traslada de la atmósfera a las plantas, de ellas a la tierra y al mar y de nuevo de vuelta a la atmósfera.

    Si las emisiones estuvieran más cerca de los niveles naturales, los océanos absorberían casi todo el exceso; en lugar de esto, casi 6000 millones de toneladas de C fueron emitidas ala atmósfera en 1989 debido al uso de combustibles fósiles, y las emisiones siguen aumentando en un 2% anual, con lo cual se está acelerando la acumulación de dióxido de carbono en el aire.

    La destrucción generalizada de bosques ha contribuido también al aumento de dióxido de carbono en la atmósfera. Los árboles talados ya no pueden absorber el gas, y los bosques quemados liberan sus reservas de C a la atmósfera en forma de este gas. Una Ha de árboles almacena unas 250 T de C, y en los últimos 40 años quizás se haya llegado a destruir la mitad de los bosques tropicales de la tierra.

  • Erosión.

  • La erosión es el arranque y el transporte de las capas superficiales de la tierra vegetal por acción de los agentes externos, principalmente el agua de lluvia y el viento; esta erosión conlleva una desertización del terreno y un empobrecimiento.

    Los procesos de deforestación son por lo general más destructivos en los trópicos. La mayor parte de los suelos forestales tropicales son mucho menos fértiles que los de las regiones templadas y resulta fácilmente erosionable al proceso de lixiviación (separar por medio de agua, u otro disolvente, una sustancia soluble de otra insoluble), causado por la elevada pluviosidad que impide la acumulación de nutrientes en el suelo (aunque antiguamente se creía que un bosque exuberante significaba suelos fértiles).

    La erosión del suelo y desertización de las capas freáticas, favorece las inundaciones y las sequías. Al perderse la cubierta de árboles, se alteran los servicios de la cuenca hidrográfica; los aportes anuales de agua pueden convertirse en riadas estacionales, que provocan inundaciones en algunas temporadas y sequías en otras.

  • Pérdida de biodiversidad.

  • Los mayores problemas en relación con la sobreexplotación y extinción de especies silvestres se concentran en los países que siendo económicamente pobres, albergan una gran riqueza biológica, como es el caso de las áreas tropicales.

    Probablemente nunca se podrá conocer con exactitud el alcance de la destrucción que supone la desaparición de los ecosistemas forestales de los trópicos donde habitan la mitad de las especies silvestres existentes.

    Por el momento se han identificado 1.750.000 especies en total, de las que 1,3 millones son invertebrados, 250.000 son plantas superiores, 150.000 son plantas inferiores (musgos, líquenes...), 21.000 especies de peces, 8.700 de pájaros, 5.100 de reptiles, 4.200 de mamíferos y 3.100 de anfibios. El número exacto de especies silvestres es muy difícil de conocer, pero se acepta de forma general entre unos 5 a 10 millones de especies en toda la biosfera. Una de las mayores dificultades en la identificación de las especies es que en su gran mayoría habitan en zonas tropicales, que no facilitan el acceso a la investigación científica.

    Se cree que hay 1.000 especies animales y 25.000 especies de plantas en serio peligro de extinción. Las especies animales desaparecen a un ritmo de 1 especie / año, pero en conjunto, el ritmo de desaparición es de 1 especie / día.

    Las principales causas de la desaparición de las especies silvestres de animales y plantas, reside en la destrucción de sus hábitats naturales por la expansión incontrolada de ciudades, carreteras, tierras de cultivo, pastos y sobreexplotación de bosque y la introducción de especies exóticas que compiten con las especies autóctonas.

  • Efectos en la salud humana.

  • Cuando la deforestación llega, en determinadas zonas, a su límite se produce una escasez de leña como fuente fundamental de combustible para el hogar y se originan al mismo tiempo deficiencias alimentarias nutricionales. Recurrir entonces a quemar estiércol como alternativa, lleva consigo una disminución de la fertilidad del suelo y de los rendimientos agrícolas. A su vez, la escasez de combustible obliga a reducir el número de comidas cocinadas al día provocando efectos perjudiciales sobre los niveles nutricionales. Por ejemplo, se ha constatado que en la región de África occidental, la reducción de los periodos de cocción da lugar a una disminución de la disponibilidad biológica de las proteínas que los alimentos básicos, a la vez que se ha podido observar un aumento de los parásitos intestinales por ingestión de comidas parcialmente cocinadas.

  • Efectos en la economía.

  • Se estima que casi cien millones de pobres subsisten en condiciones de extrema escasez sin posibilidades de satisfacer sus necesidades diarias de energía en forma de leña y carbón vegetal. Otros mil millones de pobladores rurales sufren escasez creciente de estos productos cuya consecución cada vez necesita gastar mayor proporción de sus escasos recursos disponibles. En su conjunto el Tercer Mundo sufre actualmente un déficit de combustible maderero de más de cien millones de metros cúbicos.

    La elevación de los precios de los combustibles líquidos durante la década de los `70 recrudeció las presiones sobre los recursos forestales, tanto por la mayor destrucción del bosque como por el encarecimiento de la leña. En los países menos avanzados de África, más del 20% del gasto de consumo privado se dedica la adquisición de leña.

    'Deforestación y la Selva Amazónica'

  • Perspectiva de futuro.

    • Se prevé que muy pronto la producción de papel absorberá más de la mitad de la cosecha maderera mundial.

    • Al ritmo actual de deforestación y quema de los bosques, la mayor parte de la selva amazónica, que sigue todavía intacta en gran medida, puede convertirse en humo los próximos cincuenta años.

    • Para el año 2000, en el estudio de la FAO prevé una pérdida de recursos forestales por deforestación del orden de ciento cincuenta millones de hectáreas de bosque denso, y 76 millones de hectáreas de formaciones arboladas abiertas, a lo que habrá que añadir las pérdidas por degradación de estas formaciones abiertas, recolección de leña, incendios y sobrepastoreo.

    • De continuar con la tendencia de necesidad de carbón y leña en los países subdesarrollados, para finales de siglo la escasez de leña será un problema crítico para los países más dependientes de ese combustible.

    • Para principios del próximo siglo se habrán extinguido un millón de especies de continuar el proceso de destrucción de los ecosistemas de mayor riqueza botica. En concreto de seguir el ritmo de degradación de los ecosistemas tropicales, la mitad de éstos pueden desaparecer en un cuarto de siglo y con ellos, más de la tercera parte de las especies de la tierra.

  • SOLUCIONES A LA DEFORESTACIÓN.

  • La deforestación para fines agrícolas y suelos no fértiles, sólo produce beneficios a corto plazo. No obstante, cuando está bien planificada puede producir beneficios sostenibles como algunas plantaciones de caucho y palma de aceite que conservan cierta estructura forestal favorable para el suelo y la mejora de la conservación del agua.

  • Reforestación.

  • La superficie reforestada se ha duplicado durante los últimos quince años y se estima que volverá a duplicarse en otros quince años. En todo el mundo, por lo menos ciento ochenta millones de hectáreas de bosque se han convertido en repoblaciones forestales. Estos ecosistemas alterados no son habitualmente capaces de soportar la variedad de especies nativas y procesos ecológicos que caracterizan a los bosques naturales; estas zonas han sido invadidas por muchas especies no autóctonas, desde los árboles a las herbáceas (repoblación con especies de rápido crecimiento y malos formadores de suelos y fácilmente combustibles, como pinos y eucaliptos, en detrimento de los frondosos de hoja perenne o caduca) así como insectos y plagas que atacan a los animales. Por estas razones, la reforestación ha de realizarse habiendo hecho un estudio concienzudo y contrastado de la zona a reforestar para que la sucesión ecológica sea llevada a cabo de la manera más natural, pero ligeramente acelerada.

  • FSC.

  • Grupos ecologistas, silvicultores, productores y comerciantes madereros, colectivos de pueblos indígenas institutos de certificación establecieron el Forest Stewardship Council (Consejo de Custodia Forestal) en 1993. Este grupo han ha elaborado unos “Principios y Criterios para la custodia del bosque”.

    Mediante la aplicación de principios globalmente consistentes y una sola etiqueta de fácil reconocimiento, la certificación FSC puede contribuir a asegurar la confianza del consumidor.

    El FSC es una iniciativa prometedora que ha venido surtiendo un efecto pequeño pero creciente en sus últimos años. En 1996, poco menos del 3% de la madera objeto del comercio internacional era madera certificada, pero ya representaba el doble que en 1994. La implicación de la industria puede a su vez promover una mejor gestión forestal por parte de sus proveedores.

    En Japón, el 37% de toda la madera objeto de comercio internacional acaba en dicho país. El aumento de la concienciación y de la demanda de certificaciones en dichas zonas podría producir un impacto positivo de gran magnitud en los bosques del mundo.

    La certificación no es un sustituto de la reducción del consumo derrochador, ni de las ideas políticas y legales sólidas. Sí que significa una aproximación voluntaria, basada en el mercado, a la promoción de una gestión comercial forestal sostenible.

    Estas normas voluntarias pueden servir de complemento a las otras iniciativas nacionales e internacionales.

  • Gestión forestal.

  • Los sistemas de gestión forestal tradicionales empleados en muchas áreas de bosque, han permitido mantener el rendimiento de la producción de madera durante siglos.

    Buena aparte de la producción maderera sigue procediendo de bosques naturales. Desde 1860 se ha experimentado con la tala selectiva, con la regeneración, en Europa central, pero esto no ocurre de manera general en la mayor parte del mundo.

    Dado que existe demanda de otros bienes y servicios del bosque maderero, los objetivos de la gestión forestal en la mayor parte de los países empieza ampliarse. Se hace hincapié no sólo la protección de la madera, sino en el concepto de una Gestión Forestal Sostenible (trata sobre la conservación del bosque, su explotación... incluye objetivos múltiples como explotación de madera, frutas, setas, plantas medicinales y animales, la conservación del suelo y agua, la conservación de la biodiversidad y los fines recreativos y paisajísticos); además la GFS supone equilibrar las necesidades de hoy en día con las generaciones futuras.

    Se busca una cooperación de departamentos forestales de los gobiernos con otras instituciones, ya que hay gobiernos con recursos limitados, y las poblaciones locales dependen de forma especial del bosque (en India, por ejemplo, hay multitud de modos en los que las comunidades locales, el sector privado y el gobierno, pueden cooperar para repartir la carga, además de los beneficios, de la Gestión Forestal).

  • Parques Naturales.

  • El 5% de los bosques se encuentran en áreas protegidas en los que no se explota ningún producto, como son los Parques Nacionales; la UNESCO, el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) apoyan y financian los Parques Naturales y Reservas Naturales que son Patrimonio de la Humanidad.

    Las naciones unidas han recomendado que cada nación preserve al menos un 12% de sus ecosistemas representativos. Varios países están evaluando los beneficios que ofrecen los bosques, definiendo una Propiedad Forestal Permanente (PFP) y unos estándares para su uso. La PFE es la extensión y la localización de las superficies forestales que cada nación decide que necesita, ahora y de cara al futuro, tanto para su protección como para su producción y se planifica la conservación futura de los bosques remanentes para otros usos. Algunas de estas zonas no son más que parques de papel ya que solamente están definidos en los mapas, pero no estar eficazmente administrados. Según la UINC, existían en 1985 un total de 3500 áreas protegidas y parques nacionales, con una extensión de 425 millones de hectáreas en todo el mundo. En América del Sur se contabilizan en 1985, 267 áreas protegidas con una extensión de 50 millones de Ha equivalente al 3,78 % de la superficie total de toda la región.

  • FAO.

  • Un obstáculo grande que hay a la hora de solucionar el problema de la deforestación, es la fiabilidad de los datos recogidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), que es la fuente más comúnmente usada. La FAO se apoya en datos suministrados por los distintos gobiernos, pero muchos países de la capacidad necesaria para llevar a efecto evaluaciones forestales sistemáticas. Tampoco se dispone de un sistema de seguimiento independiente “in situ”, ni por satélite, ni por comprobación del terreno.

    La FAO aplica asimismo definiciones inconsistentes y confusas que a su vez puede llevar a conclusiones en parte erróneas. Se menciona el bosque natural, pero no se evalúa en absoluto su calidad. La FAO da como definición de la deforestación la conversión del bosque a otros usos como la agricultura y el cultivo rotatorio. No se cuenta como deforestación aquellos bosques que han sido talados y abandonados a la regeneración espontánea, ni tampoco aquellos bosques convertidos en plantaciones de repoblación.

  • Reciclaje.

  • Una de las maneras en que podemos, de alguna manera, evitar la deforestación es el reciclaje. El papel puede ser reutilizado, de forma que se reduce la tala de árboles para obtener pasta de papel. Con ello, además, se reduce la deforestación, la erosión del suelo, y se retarda el proceso de desertización de la Tierra, y se estabiliza la masa vegetal capaz de proceder a la depuración del dióxido de carbono en exceso que se produce en los procesos industriales y domésticos.

    Al igual que con el papel, se puede proceder con otros materiales, de los que el vidrio, el plástico y los metales son un buen ejemplo.

    PARTE II

  • INTRODUCCIÓN

  • 1. Localización.

  • 2. Datos y características de la zona.

  • El Amazonas es el mayor río de América del Sur y del mundo, por la extensión de su cuenca que es de 7. 020. 000 Km² y su caudal de agua de 100. 000 m³/s de media. Por su longitud ocupa el tercer lugar del mundo. Desde su nacimiento en la cordillera de los Andes hasta su desembocadura en la Isla de Marajó en la costa atlántica de Brasil, el río Amazonas recorre 6. 868 Km., la distancia entre Nueva York y Berlín, y se va enriqueciendo gracias a más de mil afluentes. Por el estuario del río pasa la quinta parte del agua dulce de todo el planeta.

    Los 600 millones de hectáreas que abarca la cuenca amazónica se extienden por varios países. La mayor parte del Amazonas recorre Brasil, el 60%, unos 350 millones de hectáreas, estando el 80% del territorio cubierto por bosques. Pero también discurre por Perú, Bolivia, Ecuador, Surinam, Guayana Francesa, Guayana, Venezuela y Colombia.

    El bosque tropical amazónico brasileño tiene una extensión 30 veces superior a las superficies arboladas españolas. Ocupa un 7% de la superficie terrestre.

    La Amazonia es un ecosistema único que se ha conformado desde hace más de 12. 000 años entorno al inmenso río, cuyas aguas marcan el ritmo de un ecosistema sumamente complejo y excepcional.

    Esta región contiene uno de los mayores bosques tropicales del planeta, pero también sufre una de las más diversas gamas de amenazas: incendios forestales, talas, construcción de grandes infraestructuras, expansión de la agricultura y la ganadería, plantaciones de soja, de eucaliptos, minería, prospección petrolífera, etc. Afortunadamente, tal y como existe hoy, cerca de dos terceras partes de la selva amazónica están todavía intactas.

  • 3. Riqueza.

  • En la Amazonia habitan:

    • El 70% de las especies terrestres animales y vegetales del planeta.

    • Más de 30. 000 especies de plantas y se descubren nuevas especies diariamente. Es la zona más rica del mundo.

    • El 33% de los 30 millones de especies de insectos conocidos que existen en la Tierra. (más de 10 millones de especies).

    • 300 especies distintas de reptiles.

    • 324 especies de mamíferos, con más de 30 especies de monos.

    • Cerca de 1. 000 especies de aves (el 11% de las conocidas en todo el planeta).

    • En tres kilómetros cuadrados de terreno podemos encontrar 74 especies de ranas.

    • 30 especies de langostinos.

    • 30 especies de cangrejos.

    • 1. 500 especies de peces de agua dulce conocidas, se estima que el total alcanzaría las 3. 000. Esto es, 15 veces más que las especies de cualquier río europeo.

    • 2 especies de delfines de río.

    • 10 kilómetros cuadrados suelen contener 125 especies de mamíferos, 400 especies de aves y 100 especies de reptiles.

    • Una sola hectárea de terreno puede llegar a albergar hasta 50 especies de árboles diferentes como la caoba (Swietenia macrophylla) o el caucho (Hevea brasiliensis)...

    • Uno de estos árboles puede dar cobijo a unas 80 especies de Epifitas (Bromelias, Orquídeas...) y 43 especies de hormigas.

  • 4. Características del ecosistema.

  • El clima al que se ve sometido la Amazonia sudamericana tiene una temperatura media mensual que excede de 24º C, donde nunca hiela y llueve al menos 101 mm al mes. La riqueza de la zona es el resultado de la combinación de varios factores: la intensa luz del sol, las abundantes lluvias y la carencia de una estación invernal. La vida en este ambiente se desarrolla siempre bajo condiciones extremas.

    El que se de un crecimiento desmesurado pero no desequilibrado de plantas en el lugar se debe al suelo. Este es pobre en nitrógeno y fósforo - dos elementos esenciales para las plantas - y a menudo es muy ácido, lo que hace muy difícil que las plantas obtengan nutrientes. Los suelos, por tanto, son poco fértiles, son suelos fósiles: son pobres porque son muy antiguos y las aguas pluviales han consumido, en el curso de millones de años, las sustancias minerales que los impregnaban.

    Las plantas de las selvas tropicales medran generalmente acumulando los nutrientes esenciales en sus propios cuerpos y luego reciclándolos. Cuando las hojas, ramas o árboles enteros caen, encuentran un denso entramado de raíces que crecen en su mayor parte en los cinco primeros centímetros del suelo. Estas raíces transfieren rápidamente los nutrientes de la materia orgánica caída, de vuelta a las plantas de las que procede, y el ciclo prosigue ininterrumpidamente. Todo se debe a la acción de un pequeño hongo llamado micorriza. Si las raíces de las plantas no son capaces de extraer sustancias nutritivas suficientes del suelo agostado, intervienen estos hongos filiformes que se desarrollan en las raíces de los árboles y ayudan a absorber sustancias nutritivas que son luego almacenadas en árboles y plantas.

    El crecimiento y la descomposición simultáneos durante todo el año conducen a una existencia frenética; en zonas más templadas el freno al crecimiento durante el invierno permite la acumulación de los materiales orgánicos para favorecer el crecimiento en la siguiente estación. En la selva tropical, en cambio, todos los detritos orgánicos son constante y casi inmediatamente reciclados.

  • DEFORESTACIÓN

  • 2.1. Datos.

    • En los 470 años que median entre la llegada de los europeos (siglo XV) y los años 70, sólo el 1% de la parte brasileña de la selva amazónica fue deforestada.

    • En los últimos 50 años la superficie arbolada de la Tierra ha disminuido más de un 35%.

    • En los últimos treinta años la deforestación ha aumentado hasta alcanzar un total del 14% en la amazonia brasileña, un área mayor que toda Francia.

    • Sólo en la década de los 80, Brasil perdió 37. 000. 000 hectáreas de selva tropical.

    • En 1990 se perdieron 15,4 millones de hectáreas.

    • En 1993 se deforestaron 1,3 millones de hectáreas.

    • En 1994, 1,5 millones de hectáreas.

    • Entre 1995 y 1997 6, 4 millones de hectáreas de la Amazonia fueron ocupadas para la reforma agraria.

    • En 1998 se deforestaron 1,6 millones de hectáreas.

    • La selva desaparece a un ritmo de 5. 200 hectáreas por día, es decir, 8 campos de fútbol por minuto (más de 40 hectáreas por minuto).

    • En 20 años las extracciones de madera de la amazonia se han multiplicado por 6.

    • En los últimos 5 años, 80 áreas indígenas fueron objeto de saqueo por parte de madereros. La mayor parte de la madera se obtiene ilegalmente de tierras indígenas.

    • La amazonia brasileña produce el 75% de la madera en rollo (troncos sin procesar) de Brasil.

    • Se calcula que en año 2025 desaparecerán todas las selvas tropicales del planeta.

    • Para eliminar el crecimiento anual de dióxido de carbono producido por el hombre (unos 3 billones de toneladas) se necesitaría un bosque del tamaño de la India.

    • América Latina sólo protege el 9% de sus bosques.

    • Para fabricar los pañales desechables que necesita un niño en un año se talan tres árboles adultos.

    • Cada año se cortan en todo el mundo más de 1. 000 millones de árboles solamente para la fabricación de pañales.

    • Según Greenpeace hemos pasado de 3,5 millones de metros cuadrados aprovechados por la industria maderera en los años 50 a más de 14 millones en la actualidad.

    • Con la pasta de madera de un solo árbol se obtienen 45 Kg de papel de periódico.

    • El 10% de los árboles están amenazados de peligro de extinción (más de 8. 750 especies de las 100. 000 conocidas).

    • Sólo un 12% de especies arbóreas están en áreas protegidas y sólo el 8% de las especies conocidas están siendo cultivadas.

    • El 50% de la madera usada en el mundo se emplea para ser quemada como fuente de energía para cocinar y proporcionar calor.

    • Aproximadamente la mitad del bosque tropical de todo el mundo ha desaparecido ya, el resto cubre un área de sólo 9 millones de kilómetros cuadrados.

    • La deforestación en Brasil alcanza cerca de los 20. 000 Km cuadrados. Según algunos esta superficie es seis veces más grande.

    • Cada año desaparecen cerca de 130. 000 kilómetros cuadrados de selva tropical.

    • Desde la llegada de Colón hasta 1940, Costa Rica ha perdido un tercio de sus bosques, desde 1940 hasta 1990 ha perdido otro tercio.

  • 2. Causas de la deforestación.

  • El mayor peligro para la selva amazónica es la explotación forestal comercial para fabricar productos derivados de la madera ya que es el comienzo de la cadena de actividades que deforestan la selva. Es el inicio de la espiral de destrucción que amenaza la Amazonia. La construcción de carreteras y pistas forestales por parte de la industria maderera abre la puerta a explotaciones más rápidas en forma de: petróleo, extracción de plantas medicinales, apertura de claros para la agricultura, la ganadería, la minería y otras muchas actividades.

  • El binomio que forman las cortas intensivas y la fragmentación de la selva que ocasionan junto con los terribles incendios, resulta fatal para el futuro de este ecosistema único. Para conservar espacios de la selva Amazónica se propuso talar sólo en algunas zonas, y así conservar las restantes. Pero esto no permite conservar bosques en miniatura: al contrario, la fragmentación puede causar una pérdida permanente de especies porque los animales, incluso algunos pájaros, se ven obligados a cruzar zonas deforestadas. Incluso una franja deforestada relativamente estrecha puede aislar a los animales del bosque tanto como un pantano o una cerca alta. El asunto tiene enormes complicaciones en toda la zona amazónica: cada carretera y cada central hidroeléctrica constituyen barreras potenciales para los animales, y favorecen la deforestación.

  • La mayor parte de la madera extraída de la selva amazónica es ilegal. Brasil no tiene ni los recursos ni el personal para supervisar la industria maderera. Muchas compañías trabajan sin permisos, en áreas protegidas o territorios indígenas, exportan ilegalmente...simplemente toman lo que quieren. Lo más grave es que durante las tareas de corta de las especies comerciales y en las propias serrerías, se desperdicia el 70% de la madera. Todo está fuera de control. Las grandes compañías madereras de Asia, Europa y Norteamérica - algunas de las cuales ya han agotado los recursos de sus propios países - están ahora concentrando sus energías en las áreas boscosas vírgenes que permanecen aún en el Amazonas.

  • Grandes franjas de bosque tropical son taladas para dejar espacio a la agricultura o a la ganadería, con lo que todo el sistema de transferencia de nutrientes se pierde (ciclo de la materia orgánica). Al principio los nutrientes de las cenizas de los árboles quemados fertilizan temporalmente el suelo, lo que permite que las cosechas se desarrollen bien durante algunos años. Inevitablemente los nutrientes se agotan, y las cosechas crecen con dificultad. Incapaces de conseguir los nutrientes esenciales, caen presa de las plagas y enfermedades. Por otro lado, practicada por los pueblos indígenas, que en general tiene una baja densidad de población, la rotación de las cosechas es sostenible; el terreno es dejado en barbecho durante veinte años o más. En este período se regenera la fertilidad y la biomasa, que permitirá cosechas similares a las primeras. Pero si el ciclo es acelerado, a causa de un aumento de población o porque el terreno es utilizado para la ganadería o para otros usos, este tipo de agricultura ya no es sostenible.

  • Para obtener algunas especies de maderas duras, altamente deseadas, de los bosques tropicales, donde crecen centenares o incluso miles de especies distintas, a menudo es más provechoso destruir zonas enteras de bosque.

  • Después de la destrucción se produce muy poca reforestación. Por término medio se planta un árbol por cada diez abatidos.

  • Las fuerzas que actúan contra la supervivencia de los bosques tropicales son complejas, de naturaleza política, social y económica. Las enormes deudas exteriores comportan a menudo que los bosques tropicales sean sacrificados para establecer cultivos y producir otros bienes que proporcionen divisas en el mercado internacional.

  • En nombre del progreso, las selvas tropicales van desapareciendo para favorecer la explotación minera del terreno, enormes proyectos hidroeléctricos... Esto es porque dichas selvas se hallan en su mayor parte en países deprimidos económicamente, o en vías de desarrollo en los que se da poblaciones en rápido crecimiento, pobreza extendida, y la convicción de que el disfrute de su enorme recurso natural, contribuirá a resolver todos sus problemas económicos.

  • Los árboles deben ser talados para efectuar las excavaciones necesarias para alcanzar los yacimientos mineros, y también se talan árboles para construir las carreteras que llevan a las minas o las presas, lo que conlleva a un aumento en la contaminación y otras actividades que contribuyen a destruir este medio.

  • 2.3. Efectos de la deforestación.

  • Un número muy elevado de especies arbóreas están en peligro de extinción (incluyendo especies que sólo cuentan con algunos ejemplares). Dado el valor económico y local de estas especies y su papel definiendo ecosistemas, esto representa una pérdida profunda de biodiversidad global.

  • El efecto más trágico y permanente de la desaparición de los bosques tropicales es la extinción biológica. Una cuarta parte de toda la diversidad biológica del mundo - más de un millón de especies - se desvanecerá con toda probabilidad dentro del próximo cuarto de siglo.

  • La cuarta parte del patrimonio genético mundial podría resultar destruido en el transcurso de los próximos treinta años. Hasta sesenta mil de las doscientas cincuenta mil especies de plantas que producen flores podrían perderse para siempre, a menos que sean conservadas muestras representativas y viables de los bosques tropicales.

  • Los animales, como consecuencia de la deforestación, escapan de la selva donde existen ya numerosos monos y perezosos y crean condiciones de superpoblación. Esto conduce a una intensificación de la competencia, y esto influencia no sólo a especies introducidas y a las plantas y animales de las que estas se alimentan, sino también a los nichos adyacentes ocupados por otras especies, normalmente independientes, cada una de las cuales se halla inserta en su propia red de interdependencias. Debido a la enorme variedad y a las relaciones recíprocas entre las distintas formas biológicas de la selva tropical, la superpoblación puede dar pie a una larguísima serie de reacciones en cadena que pueden conducir a cualquier tipo de resultado.

  • Se cree que la destrucción de los bosques es responsable de la producción de casi un tercio del total anhídrido carbónico, uno de los “gases invernadero” primarios. A medida que la madera se descompone o arde, millones de toneladas de anhídrido carbónico son liberadas a la atmósfera. A medida que se añaden más gases que atrapan las radiaciones solares, las temperaturas se incrementan lentamente.

  • Parte de las emisiones de dióxido de carbono producidos por la especie humana, no llegan a transformarse debido a la disminución de masas boscosas.

  • Con la práctica masiva de la agricultura y la ganadería, el suelo se va empobreciendo, sin ninguna posibilidad de recuperarse. No se le permite la reforestación natural porque tarda demasiado tiempo en producirse. Pierde todos los nutrientes y es imposible aprovecharlo, ya que ni siquiera puede albergar plantas para enriquecerse.

  • Si se elimina el manto arbóreo que forma el estrato absorbente del bosque, se eliminan también todas las sustancias nutritivas. Si desaparecen los árboles, y con ello las micorrizas que completan el ciclo de la materia en este lugar, está claro que el ecosistema, aunque sea en poco terreno, queda destruido.

  • La tala de la selva Amazónica también favorece la ganadería. Pero los cascos del ganado hacen que la delgada capa fértil del suelo se vuelva más compacta y en consecuencia menos productiva, lo que hace que el ganado necesite siempre espacios más grandes para pastar. El pastoreo excesivo en algunas zonas las convierten en inadecuadas para cualquier tipo de cosecha.

  • Con la tala masiva utilizada en la búsqueda de beneficios en la Amazonia, la tierra resulta erosionada y la productividad del terreno desciende. Los efectos a largo plazo vaticinados por algunos varían desde cambios a escala regional de precipitaciones y con ello las corrientes oceánicas, afectando a la pesca de todo el mundo, hasta un aumento global de la temperatura, el muy conocido “efecto invernadero” que afectaría a la agricultura mundial.

  • 3. ASUNTOS SOCIALES.

    3.1. Política.

    Se pueden encontrar varios puntos de vista de los distintos gobiernos que resultan afectados con respecto a la deforestación. Estos son algunos ejemplos:

    Para aliviar la presión de demasiada gente hambrienta en las ciudades, los gobiernos animan a los ciudadanos a emigrar a remotos territorios de bosque tropical. Una vez talados los árboles para obtener un terreno cultivable, estos colonos crían ganado o siembran cosechas. Más tarde, cuando el suelo es incapaz de sostener ninguna de estas actividades, la gente se traslada a otras zonas y “limpia” otra sección de bosque.

    Este modelo, funcionó en un principio, porque cuando la gente se iba, los árboles maduros estaban lo suficientemente cerca como para que sus semillas alcanzaran las zonas taladas, que es muy parecido a la reforestación natural que se da cuando árbol maduro cae al suelo.

    En Brasil, existe una ley que prohibe la exportación de troncos enteros de árboles. Sin embargo, el derrumbe de la industria maderera en Asia hace que el bosque Amazónico sea más codiciado. Japón y los Países Bajos, que dominan la industria maderera en los países del sudeste asiático, están intentando nuevas vías de acceso para alcanzar los bosques aún vírgenes del Brasil occidental.

    En Brasil como en Estados Unidos el gobierno considera por tradición la naturaleza como “tierra en bruto”, como si se tratara de un producto sin terminar, que “necesita” ser elaborado. Cualquier modificación de la mano del hombre se convierte automáticamente en una “mejora”.

    En los países de América latina las políticas puramente sectorial vienen demostrando incapacidad de promover respuestas adecuadas a los graves problemas socio - ambientales más emergentes. Por lo tanto, es recomendable que se implementen con más intensidad estrategias locales, nacionales y globales.

    Con el agotamiento progresivo del los recursos naturales y la reducción de su capacidad de recuperación, es necesario considerar factores políticos - institucionales, directamente relacionados con los sistemas de poder que regulan la propiedad, distribución y utilización de los recursos naturales, lo cual en última instancia determina la situación de escasez absoluta (agotamiento del ”stock” de y recursos), y/o relativa (patrones insostenibles de consumo o desigualdades en el acceso a ellos), situaciones éstas que vuelve a amenazar la estabilidad de la civilización moderna.

    En la cumbre de Río de Janeiro de 1992, y recientemente en la cumbre de La Tierra en Nueva York, los bosques surgieron como uno de los tres aspectos más importantes de las preocupaciones ambientales globales. Los gobiernos mundiales implicados han conseguido acuerdos en otros temas, sin embargo no ha habido unanimidad global referente al sector forestal. Ello es debido a profundas diferencias existentes entre los países que deberían estar implicados en dicho acuerdo. Algunos países se encuentran involucrados principalmente en asuntos de gestión forestal mientras que otros lo están en aspectos de conservación y protección.

    Los habitantes de las zonas en las que existe selva tropical, han llegado a cortar carreteras en sus manifestaciones contra la tala masiva, pero la policía los arresta. Observando esta situación se concluye que no hay manera de bloquear no sólo las devastadoras inclusiones de las grandes compañías madereras, sino también la penetración más insidiosa de los millones de pequeños cultivadores y de los recogedores de leña para quemar, muchos de los cuales viven en un estado de pobreza absoluta. Las respuestas, si hay alguna, deben provenir de forma natural de las autoridades gubernativas de las naciones implicadas. El papel que deberían jugar las naciones desarrolladas, si quisieran, es el de ayudar a esos gobiernos a encontrar formas de aligerar el peso de sus aplastantes deudas exteriores.

    La crisis de la deuda internacional debería hacer pensar no sólo en lazos económicos sino también ecológicos existentes entre los países ricos y los pobres.

    3.2. Economía

    Algunos árboles cortados son utilizados como leña para quemar en las casas, pero la mayoría nunca alcanzan el aserradero o la cocina de leña; los costes del transporte son tan altos y el bosque es tan extenso que cada año una enorme cantidad de madera es quemada o dejada pudrir. Se calcula una pérdida anual de más de mil millones de dólares.

    En Latinoamérica, la búsqueda creciente por números, cada vez más significativos en la producción, viene conduciendo frecuentemente a los sectores productivos a una explotación insostenible de los recursos naturales. Ese procedimiento incluye la erosión de los suelos, la desertificación, la pérdida de tierras de cultivo, la contaminación de los recursos hídricos, la deforestación y la extinción de especies y variedades. La biodiversidad se está perdiendo como resultado de la situación económica y social, con una profunda influencia de las prácticas culturales de cada país, así como sus políticas económicas y de desarrollo. Depende también de las tendencias de financiamiento externo e interno, y de elementos como la deuda externa latinoamericana.

    En la actualidad los costes sociales y económicos de las pérdidas ambientales son una realidad, aunque no significativamente contabilizados en las cuentas del ingreso nacional. Existe una situación de desequilibrio y es urgente avanzar en la implementación compartida de estrategias políticas ambientales sostenibles que enfrenten de forma eficaz y simultáneamente circuitos multicausales completos, incluyendo factores locales, nacionales y globales.

    Existen en estos países numerosos problemas económicos que guardan una relación indirecta con la deforestación: tecnologías inapropiadas, proteccionismo comercial impuesto por países más desarrollados y el modelo de desarrollo adoptado por los países pobres, con base al endeudamiento externo que genera enorme riqueza para pocos, inmensa pobreza para otros y ambiente degradado para todos.

    3. 3. Problemas sociales.

    El patrón tecnológico dominante impuesto y/o importado desde los centros más desarrollados viene demostrando en general no considerar como prioridad aspectos de la diversidad cultural y ambiental de las poblaciones tradicionales, eso implica la degradación de los ecosistemas y deterioro de las condiciones de vida.

    Condicionantes en la problemática socio ambiental de los países latinoamericanos:

    • Políticas de desarrollo que no dan prioridad a la elevación del nivel de concienciación ecológica.

    • Legislación ambiental deficiente.

    • Atraso científico - tecnológico.

    • Relación sociedad - naturaleza inconveniente a los fines de sustentabilidad.

    Entre otros aspectos que evidencian el deterioro ambiental en Latinoamérica, podemos destacar la concentración urbana que ha avanzado acentuadamente en los últimos tiempos. Las ciudades crecen desordenadamente y en un ritmo muy superior a las posibilidades demostradas por los países en ofrecer servicios básicos de infraestructura y fuentes de trabajo que permitan elevar el nivel de ciudadanía de sus habitantes.

    Veinte millones de personas han hecho de la Amazonia brasileña su hogar. Algunos de ellos todavía no tienen contacto con el mundo desarrollado y desconocen la amenaza que supone para su supervivencia. La población indígena brasileña alcanza las 200. 000 personas, que se reparten en 120 naciones y suponen el 1% de la población de Brasil. Algunas se encuentran entre las últimas poblaciones no conectadas con el mundo.

    El 50% de la madera usada en el mundo se emplea para ser quemada como fuente de energía para cocinar y proporcionar calor, principalmente en los países en vías de desarrollo donde la población no puede acceder económicamente a los combustibles fósiles.

  • SOLUCIONES

  • El problema de la deforestación está creciendo demasiado rápido, comenzando a ser un problema mundial por el que los científicos se preocupan e intentan dar soluciones que convengan a todos, quizá en ocasiones no muy acertadamente. Expongo algunas de las que he encontrado, ya que parece que todo el mundo quiere hablar y nadie actuar, por eso van desde muy extrañas hasta muy utópicas pero injustas.

    4. 1. Erróneas.

  • Algunos autores, proponen que el objetivo básico de la silvicultura es hacer crecer los árboles, es decir, mantener la tierra forestada. La silvicultura, según él, produce reforestación, al contrario que la opinión de algunas organizaciones ecologistas cuya afirmación es que esta actividad colabora en el proceso de deforestación.

  • Una selva tropical, según algunos, no se convierte en un desierto. Si el terreno es sometido verdaderamente a abusos durante largo tiempo, se obtiene algo parecido al “old field”, el campo viejo, una vegetación en la que prevalecen las especies herbáceas, que es relativamente estable y en consecuencia difícil de invadir por parte de los árboles. Son sistemas extremadamente inflamables, por lo que su problema principal es el fuego.

  • Algunas naciones tropicales han construido reservas naturales y parques para salvar algunas hectáreas de bosque tropical. En general se trata de que un área es cercada y convertida en parque; los turistas deben pagar para visitarlo. Pese a todo, los parques que ignoran a sus habitantes humanos, del mismo modo que ellos no son protegidos de un modo adecuado, están destinados a la ruina. Con esto no se hace más que proteger colinas desnudas y devastadas y ríos de fangosas aguas.

  • Hacer “papel sin árboles” (tree - free paper). Algunos cultivos candidatos para ello son el cáñamo, el kenaf, el algodón y la paja del trigo. Pero existe un problema: ¿Dónde se producirán todos estos exóticos, anuales, monocultivos para producir 300 millones de toneladas de papel al año? Desgraciadamente habría que hacerlo en lugares donde se podrían cultivar árboles. Es como si hubiera en gran excedente en el planeta.

  • Sustituir la madera como material de construcción por alternativas ambientales apropiadas. Lo que ocurre es que los únicos sustitutos viables de la madera en construcción son el acero, el cemento, el plástico y los ladrillos. Todos estos materiales requieren una mayor cantidad de energía para su producción que la madera. Porque la madera es renovable y está hecha principalmente con energía solar en una factoría llamada bosque. Todos esos sustitutos no son renovables y producen impactos ambientales negativos, con una inevitable emisión de monóxido de carbono procedente de los combustibles fósiles empleados para su fabricación y por consiguiente contribuyen al cambio climático.

  • Proyectos.

  • La organización ecologista “Greenpeace” propone como necesarias las siguientes cuestiones:

    • Incrementar la red de reservas ecológicas representativas de los ecosistemas amazónicos.

    • Establecer restricciones a la explotación forestal, reduciéndola a áreas específicas y a través de operaciones certificadas, de acuerdo con estrictos criterios sociales y ecológicos.

    • Potenciar el desarrollo y la expansión de reservas extractivas (zonas donde se realiza una gestión sostenible de los recursos de la selva) para los seringueiros (caucheros) y otras actividades económicas centradas en productos no forestales.

    • Finalizar la demarcación de todos los territorios indígenas y que esto sea garantizado.

  • La reforestación es un medio de contrarrestar el efecto invernadero, y puede proporcionar recursos de sostenimiento para los países tropicales y sus poblaciones. Los bosques replantados proporcionan también hogar para algunas especies de animales, plantas y microorganismos que podrían adaptarse a ellos. La reforestación puede conducir a resultados similares al bosque original, pero no puede reproducir la diversidad y la complejidad del ambiente original. Pero cualquier tipo de bosque será mejor que una colina desnuda y con grietas en el suelo.

  • Es necesario poner fin a la expansión exagerada para consolidar zonas ya convertidas en pastos e integrarlas con otras actividades, creando una alternancia sostenible en el uso del terreno.

  • Convencer a los agricultores de que críen iguanas en cautividad durante algunos meses y luego las liberen en el bosque; utilizando simples comedores se conseguirá que los animales permanezcan en las inmediaciones. Al cabo de dos años las iguanas deberán estar en situación de producir al menos tanta carne por hectárea como produce el ganado tradicional. Los agricultores tendrán entonces un incentivo para dejar en pie los árboles del bosque en vez de talarlos para obtener zonas de pastos. Incluso resultaría ventajoso desde el punto de vista económico plantar otros árboles. Esto no salvará los bosques tropicales de todo el mundo, pero sabiendo cómo utilizar los bosques para la producción de una gran variedad de productos sin dañar esas zonas, se disminuiría la deforestación.

  • La enseñanza a la población local de nuevas técnicas en la utilización del terreno es otro sistema útil para salvaguardia de los bosques tropicales.

  • La influencia del “turismo ecológico” a los parques naturales de los países en los que se hallan bosques tropicales va en continuo aumento y contribuye a incrementar el fluir de las apreciadas divisas a estos países. Si parte de este dinero puede ser utilizado en los parques y las reservas naturales, podrá salvar algunas zonas de selva tropical.

  • Muchos países en los que existen bosques tropicales poseen deudas exteriores enormes. Si las partes están de acuerdo, la deuda puede ser parcialmente recatada a bajo precio y utilizada para proyectos locales de conservación de la naturaleza.

  • En América latina está en marcha un proyecto llamado “Certificación forestal”. Es un proceso voluntario, una declaración escrita o certificado, que garantiza que la gestión de la masa forestal de la que procede el producto con el sello FSC (Forest Stewardship Council: Consejo de Administración Forestal) que es el único esquema de certificación operativo e internacionalmente aceptado y se realiza de acuerdo a unos criterios de buena gestión que contemplan aspectos económicos, sociales y ambientales. El objetivo del FSC es promover una gestión forestal económicamente viable, socialmente beneficiosa y ambientalmente apropiada en los bosques de todo el mundo. Su estrategia sería:

    • Conocer los recursos forestales a nivel regional, que supondría un importante esfuerzo en inventarios, análisis e investigación tanto a nivel de bosque como a nivel de redes comerciales.

    • Identificar aplicaciones apropiadas de manejo y gestión forestal que aseguren una certificación acorde unos estándares concretos.

    • Identificar mercados que demanden productos forestales certificados y de una calidad ecológica reconocida.

    • Evaluar el desarrollo de procesos de certificación en zonas concretas.

    • Extrapolar los resultados a otras regiones y desarrollar seguimientos de certificación.

    4. 3. Ejemplos.

  • La obtención de productos renovables de los bosques tropicales podría ser uno de los principales sistemas para permitir la conservación de grandes áreas. En la región amazónica brasileña, por ejemplo, en 1986, tan sólo el mercado del caucho y de las nueces brasileñas ascendía a los treinta y cinco millones de dólares. La utilización de tales productos del bosque podría ayudar a las economías locales a demostrar su autosuficiencia, frenando así el avance de la ganadería y de los madereros y proporcionando trabajo a la población.

  • En Haití, donde no queda más que el dos por ciento del bosque original, un programa financiado sobre todo por la Agencia Norteamericana para el Desarrollo Internacional (AID) promueve el cultivo de árboles proporcionando a los agricultores el plantel y otras ayudas. Cada año, gracias al proyecto agroforestal, los viveros de Haití, distribuyen setenta millones de diminutas plantas a cuarenta y cinco mil pequeños agricultores. El porcentaje de supervivencia de estas plantas es superior al 50%, y después de unos pocos años los árboles, que crecen rápidamente, pueden ser vendidos como leña para quemar o como materiales de construcción. Un magnífico efecto colateral que ha producido este programa es el freno a la erosión del terreno que seguía devastando los bosques de Haití.

  • En el Ecuador, se intenta convencer a los agricultores pobres para que dediquen tiempo y esfuerzo a los árboles de los que no podrán extraer beneficios económicos hasta después de años, incluso decenios. El gobierno ecuatoriano autoriza a la banca a conceder préstamos a los agricultores que planten árboles. Al cabo de dos años, si los árboles han sido cuidados como es debido y están creciendo, el gobierno devuelve el dinero a los bancos. Al cabo de diez o veinte años, cuando el agricultor obtiene los primeros beneficios de la tala de los árboles, devolverá al gobierno la suma recibida como préstamo, sin intereses. Si en cambio el agricultor descuida las plantas o deja morir demasiadas, se verá obligado a devolver el dinero con los intereses correspondientes, además de pagar una multa.

  • En Vermont, la Rutland County Audubon Society ha movilizado a los niños de cuarto y quinto grado para reunir varios centenares de dólares y utilizarlos para la adquisición de terreno para parques naturales en Guatemala.

  • La situación de Costa Rica es la siguiente: Casi todas las zonas no cultivadas están protegidas de una forma global y absoluta para salvaguardar la variedad biológica, mientras que en las reservas naturales se consiente la extracción, aunque controlada, de algunos recursos. Ha esto se ha llegado por medio de numerosos factores:

    • No se esperó a que todos los bosques estuvieran destruidos antes de empezar a intentar salvarlos.

    • La población ha comprendido muy bien lo importante que es proteger el bosque.

    • Los políticos están verdaderamente preocupados por estos temas.

    • La comunidad internacional ha prestado gran ayuda, tanto en forma de fondos como de experiencia.

  • En Perú, la cooperativa forestal “Yanesha” ha experimentado un método renovable de tala del bosque. Cada año es talada una franja de árboles entre veinte y cincuenta metros de ancho y distante al menos doscientos veinte metros de la franja talada el año anterior. Las franjas son lo bastante estrechas como para poder ser repobladas de forma natural por las semillas procedentes de los árboles vecinos; en el transcurso de unos pocos años la franja volverá a estar repoblada.

  • Conclusión.

  • Teniendo en cuenta todo lo expuesto, creo que es importante buscar soluciones sobre todo factibles y que favorezcan lo más posible a todos los afectados. Esto no podrá tener lugar mientras no se solucionen los problemas económicos de estas zonas y pienso que conlleva la intervención de todos los países del mundo, ya que los afectados en último término por esta situación seremos todos.

    Para empezar, es necesario concienciar a toda la gente (latinoamericano a no) de la gravedad de esta deforestación masiva, con una educación ambiental adecuada dentro de lo que se pueda. Habría que buscar alternativas a esa expansión agrícola y ganadera, que sufre parte de la población latinoamericana, y llevarla a la realidad, como están haciendo en Haití o en Ecuador. Pero para que eso ocurra, la preocupación se debe hace llegar a los gobiernos e instituciones y así empiecen por ponerse de acuerdo en estos temas. Cuando el medio ambiente tome tanta importancia como la economía, será cuando lo tengan verdaderamente en cuenta, y se llevarán a cabo proyectos financiados por fin, realizables y sostenibles porque interesará conservar lo que está a punto de perderse y quizá ya sea demasiado tarde.

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