Filosofía y Ciencia


Estética. Esteticismo


1.EL ESTETICISMO

El esteticismo nació con el romanticismo, el simbolismo, el impresionismo y la decadencia literaria de principios del siglo XIX. Anticipado ya en el siglo XVIII, a través del amoralismo estético de Wilhelm Heinse y su ideal renacentista del hombre de espíritu, encontró su formulación externa de convertir la vida enteramente en arte con François Chateaubriand, Novalis, Friedrich von Schlegel y el joven Ludwig Tieck, entre otros. En el cambio de siglo Oscar Wilde radicaliza esta idea en sus famosos aforismos, en los que afirma que el arte no imita a la vida, sino la vida al arte. De la misma manera expresan poéticamente su posición John Ruskin, Gabriele D´Annunzio, Hugo von Hofmannsthal, Joris Karl Huysmans y Paul Valéry. En la corriente del “arte por el arte” y de la denominada poesía absoluta de Stéphane Mallarmé y André Gide, el esteticismo encuentra su programa poético. La radicalización de la búsqueda de placeres se denomina dandismo.

Como describe Huysmans en su novela A contrapelo (1884), el esteticismo no sólo cree en la evasión hacia la belleza pura. El protagonista de esta novela, el aristócrata escapista Jean Des Esseintes, no sólo busca en la decadente obra de arte de su pomposo palacio “colocar el sueño de la realidad en el lugar de la realidad”, sino que aspira a sentir la vida con distanciamiento, que libere “la esclavitud de la voluntad”, y la contemple como un espectáculo pleno de significado, como había expresado Arthur Schopenhauer en El mundo como voluntad y representación (1819). Ambas ideas las resume Hofmannsthal en su pieza teatral La muerte de Tiziano (1892), en la que pone en boca de un discípulo del pintor el postulado “disfrutar el fluir de los días como un espectáculo/ para aprehender la belleza de todas las formas/ y contemplar nuestra propia vida”. En El señor Teste (1895) de Valéry se expone radicalmente la demanda de una contemplación totalmente pasiva de la vida.

La representación máxima de este concepto de la vida es la figura del ocioso que vaga por las calles (azotacalles), que en el siglo XIX encontró su escenario en las lujosas avenidas de las grandes ciudades europeas y su asilo en los pasajes comerciales de las mismas. Sin voluntad consumista contempla los atractivos del mundo del consumo y se dedica, según Walter Benjamin, a protegerse de la estupefacta masa sin meta alguna, ajena a sus sensaciones en permanente cambio: “El vagar gana con cada paso un creciente poder, siempre devienen menores las tentaciones de las tiendas, los bistrós, las mujeres sonrientes, siempre más irresistible el magnetismo de la próxima esquina”. El azotacalles es descrito, entre otros, por Edgar Allan Poe, Thomas Mann, Heinrich Heine, Baudelaire y Flaubert, quien afirma: “Adoro perderme en el torbellino de la vida callejera” (Noviembre). Sin embargo, fue Heine el que presentó el punto de vista estético del azotacalles; de la mano de sus propias experiencias durante un viaje a Verona, lo concibe como una perspectiva que transforma al mundo en un cuadro, en el que el espectador, aprisionado él mismo en el cuadro, “recibe, aquí y allá, la sonrisa de las figuras del mismo”.

2. LA ESTÉTICA.

Rama de la filosofía relacionada con la esencia y percepción de la belleza y la fealdad. La estética se ocupa también de la cuestión de si estas cualidades están de manera objetiva presentes en las cosas, a las que pueden calificar, o si existen sólo en la mente del individuo; por lo tanto, su finalidad es mostrar si los objetos son percibidos de un modo particular (el modo estético) o si los objetos tienen, en sí mismos, cualidades específicas o estéticas. La estética también se plantea si hay diferencia entre lo bello y lo sublime.

La crítica y la psicología del arte, aunque disciplinas independientes, están relacionadas con la estética. La psicología del arte está relacionada con elementos propios de esta disciplina como las respuestas humanas al color, sonido, línea, forma y palabras, y con los modos en que las emociones condicionan tales respuestas. La crítica se limita en particular a las obras de arte, y analiza sus estructuras, significados y problemas, comparándolas con otras obras, y evaluándolas.

El término estética fue introducido en 1753 por el filósofo alemán Alexander Gottlieb Baumgarten, pero el estudio de la naturaleza de lo bello había sido constante durante siglos. En el pasado fue sobre todo un problema que preocupó a los filósofos. Desde el siglo XIX, los artistas también han contribuido a enriquecer este campo con sus opiniones.

2.1. TEORÍAS CLÁSICAS  

La primera teoría sobre la estética de algún alcance es la de Platón, que consideraba que la realidad se compone de arquetipos o formas, que están más allá de los límites de la sensación humana y que son los modelos de todas las cosas que existen para la experiencia humana. Los objetos que los seres humanos pueden experimentar son ejemplos o imitaciones de esas formas. La labor del filósofo, por tanto, consiste en comprender desde el objeto experimentado o percibido, a la realidad que imita, mientras que el artista copia el objeto experimentado, o lo utiliza como modelo para su obra. Así, la obra del artista es una imitación de lo que es en sí mismo una imitación.

El pensamiento de Platón tenía una marcada tendencia ascética. En su obra “La República” iba más lejos al desterrar algunos tipos de artistas de su sociedad ideal porque pensaba que con sus obras estimulaban la inmoralidad o representaban personajes despreciables, y que ciertas composiciones musicales causaban pereza e incitaban a la gente a realizar acciones que no se sometían a ninguna noción de medida.

Aristóteles también habló del arte como imitación, pero no en el sentido platónico. Uno podía imitar las "cosas como deben ser", escribió, y añadió que "el arte complementa hasta cierto punto lo que la naturaleza no puede llevar a un fin". El artista separa la forma de la materia de algunos objetos de la experiencia, como el cuerpo humano o un árbol, e impone la forma sobre otra materia, como un lienzo o el mármol. Así, la imitación no consiste sólo en copiar un modelo original, sino en concebir un símbolo del original; más bien, se trata de la representación concreta de un aspecto de una cosa, y cada obra es una imitación de un todo universal.

La estética era inseparable de la moral y la política para Aristóteles y Platón. El primero, al tratar sobre la música en su Política, mantiene que el arte afecta al carácter humano, y por lo tanto al orden social. Puesto que Aristóteles sostenía que la felicidad es el destino de la vida, creía que la principal función del arte es proporcionar satisfacción a los hombres. En la Poética, su gran obra sobre los principios del drama, Aristóteles razonaba que la tragedia estimula las emociones de compasión y temor, lo que consideraba pesimista e insano, hasta tal punto que al final de la representación el espectador se purga de todo ello. Esta catarsis hace a la audiencia más sana en el plano psicológico y así más capaz de felicidad. El drama neoclásico desde el siglo XVII ha estado muy influenciado por la Poética de Aristóteles. Las obras de los dramaturgos franceses Jean Baptiste Racine, Pierre Corneille y Molière, en particular, se acogían a los principios rectores de la doctrina de las tres unidades: tiempo, lugar y acción. Este concepto dominó las teorías literarias hasta el siglo XIX.

2.2.OTROS ENFOQUES PRIMITIVOS  

El filósofo del siglo III Plotino nació en Egipto y se formó en filosofía en Alejandría; aunque neoplatónico, dio mucha más importancia al arte que Platón. En el enfoque de Plotino, el arte revela la forma de un objeto con mayor claridad de lo que es posible en la experiencia normal y lleva al alma a la contemplación de lo universal. De acuerdo con Plotino, los momentos más elevados de la vida son estados místicos, con lo que viene a decir que el alma está unida, en el mundo de las formas, a lo divino, que Plotino conceptúa como "lo Uno". La experiencia estética se encuentra muy cercana a la experiencia mística, pues se genera un abandono terrenal mientras se contempla el objeto estético.

El arte en la edad media fue al principio una expresión de la religión, cuyos principios estéticos están basados en su mayor parte sobre el neoplatonismo. Durante el renacimiento, en los siglos XV y XVI, el arte se volvió más secular y la estética clásica abarcó más campos que el religioso. El gran impulso dado al pensamiento estético en el mundo moderno se produjo en Alemania durante el siglo XVIII. En su Laokoon (Laocoonte, 1766), el crítico germano Gotthold Ephraim Lessing sostenía que el arte está autolimitado y logra su elevación sólo cuando estas limitaciones son reconocidas. El crítico y arqueólogo clásico alemán Johann Joachim Winckelmann mantenía que, de acuerdo con los antiguos griegos, el mejor arte es impersonal y expresa la proporción ideal y equilibrio más que la individualidad de su creador. El filósofo alemán Johann Gottlieb Fichte consideraba la belleza una virtud moral. Al crear un mundo en el que la belleza, al igual que la verdad, es un fin, el artista anuncia la absoluta libertad, que es el objetivo de la voluntad humana. Para Fichte, el arte es individual o social, aunque satisface un importante propósito humano.

2.3.ESTÉTICA MODERNA  

El filósofo alemán del siglo XVIII Immanuel Kant estuvo interesado en los juicios del gusto estético. Los objetos pueden ser juzgados bellos, proponía, cuando satisfacen un deseo desinteresado que no implica intereses o necesidades personales. Además, el objeto bello no tiene propósito específico y los juicios de belleza no son expresiones de las simples preferencias personales sino que son universales. Aunque uno no pueda estar seguro de que otros estarán satisfechos por los objetos que juzga como bellos, puede al menos decir que otros deben estar satisfechos. Los fundamentos de la respuesta del individuo a la belleza, por lo tanto, existen en la estructura de su pensamiento.

El arte debería dar la misma satisfacción desinteresada que la belleza natural. Resulta paradójico que el arte pueda cumplir un destino que la naturaleza no puede: puede ofrecer belleza y fealdad a través de un objeto. Una hermosa pintura de un rostro feo puede incluso llegar a ser bella.

Según el filósofo alemán del siglo XIX George Wilhelm Friedrich Hegel, el arte, la religión y la filosofía son las bases del desarrollo espiritual más elevado. Lo bello en la naturaleza es todo lo que el espíritu humano encuentra grato y conforme al ejercicio de la libertad espiritual e intelectual. Ciertas cosas en la naturaleza pueden estar hechas más agradables y placenteras, y estos objetos naturales son reorganizados por el arte para satisfacer exigencias estéticas.

El filósofo alemán Arthur Schopenhauer creía que las formas del universo, como las formas platónicas eternas, existen más allá de los mundos de la experiencia, y que la satisfacción estética se logra contemplándolos por el propio interés que provocan, como medios de eludir el angustioso mundo de la experiencia cotidiana.

Fichte, Kant y Hegel marcan una línea directa de evolución. Schopenhauer atacó a Hegel pero estuvo influido por el enfoque de Kant de la contemplación desinteresada. El filósofo germano Friedrich Nietzsche aceptó en sus primeras obras la influencia de la visión de Schopenhauer, para discrepar más tarde de su magisterio. Nietzsche estaba de acuerdo con que la vida es trágica, pero esta idea no debería excluir la aceptación de lo trágico con alegre espíritu, pues su realización plena es el arte, el cual se enfrenta con los terrores del universo a los que se puede transformar, generando cualquier experiencia en algo bello, y al hacerlo así transforma las angustias del mundo de tal modo que pueden ser contempladas con placer.

Aunque gran parte de la estética moderna arraiga en el pensamiento alemán, éste estaba sujeto a otras influencias occidentales. Lessing, un representante del romanticismo germano, estuvo influido por los escritos estéticos del estadista británico Edmund Burke.

2.4.ESTÉTICA Y ARTE  

La estética tradicional en los siglos XVIII y XIX estuvo dominada por el concepto del arte como imitación de la naturaleza. Novelistas como Jane Austen y Charles Dickens en Gran Bretaña, y dramaturgos como Carlo Goldoni en Italia y Alexandre Dumas (el hijo de Alexandre Dumas padre) en Francia presentaban relatos realistas sobre la vida de la clase media. Pintores neoclásicos, como Jean Auguste Dominique Ingres, románticos, como Eugène Delacroix, o realistas, como Gustave Courbet, representaban sus temas poniendo mucho cuidado en el detalle natural.

En la estética tradicional se asumía también con frecuencia que las obras de arte son tan útiles como bellas. Los cuadros podían conmemorar eventos históricos o estimular la moral. La música podía inspirar piedad o patriotismo. El teatro, por la influencia de Dumas y el noruego Henrik Ibsen, podía servir para criticar la sociedad y de ese modo ser útil para reformarla.

En el siglo XIX, no obstante, conceptos vanguardistas aplicados sobre la estética empezaron a cuestionar los enfoques tradicionales. El cambio fue muy evidente en la pintura. Los impresionistas franceses, como Claude Monet, eran denunciados por los pintores academicistas por representar lo que ellos pensaban deberían ver, bastante más de lo que realmente veían, como eran las superficies de muchos colores y formas oscilantes causadas por el juego distorsionante de luces y sombras cuando el sol se mueve.

A finales del siglo XIX, los posimpresionistas como Paul Cézanne, Paul Gauguin y Vincent van Gogh estuvieron más interesados en la estructura pictórica y en expresar su propia psique que en representar objetos del mundo de la naturaleza. A principios del siglo XX, este interés estructural fue desarrollado más allá por los pintores cubistas como Pablo Picasso, y la inquietud expresionista se reflejaba en la obra de Henri Matisse y otros fauvistas, así como en expresionistas alemanes de la categoría de Ernst Ludwig Kirchner. Los aspectos literarios del expresionismo pueden verse reflejados en las obras del sueco August Strindberg y del alemán Frank Wedekind.

En estrecha relación con estos enfoques hasta cierto punto no figurativos del mundo plástico cobró importancia el principio del "arte por el arte", que se derivó de la visión de Kant de que el arte tenía su propia razón de ser. La frase fue por primera vez utilizada por el filósofo francés Victor Cousin en 1818, y a su doctrina (llamada esteticismo) se adhirió en Inglaterra el crítico Walter Horatio Pater, los pintores prerrafaelistas, y por el pintor estadounidense expatriado James Abbott McNeill Whistler. En Francia resumió el credo de los poetas simbolistas como Charles Baudelaire. Claro que, el principio del arte por el arte subyace en la mayor parte del vanguardismo occidental del siglo XX.

2.5.PRINCIPALES INFLUENCIAS CONTEMPORÁNEAS  

Cuatro filósofos de final del siglo XIX y principios del XX han sido las influencias básicas en la estética de nuestros días. En Francia Henri Bergson definió la ciencia como el uso de la inteligencia para crear un sistema de símbolos que describa la realidad aunque en el mundo real la falsifique. El arte, sin embargo, se basa en intuiciones, lo que es una aprehensión directa de la realidad no interferida por el pensamiento. Así, el arte se abre camino mediante los símbolos y creencias convencionales acerca de la gente, la vida y la sociedad y enfrenta al individuo con la realidad misma.

En Italia, el filósofo e historiador Benedetto Croce también exaltó la intuición, pues consideraba que era la conciencia inmediata de un objeto que de algún modo representa la forma de ese objeto, es decir, la aprehensión de cosas en lugar de lo que uno refleje de ellas. Las obras de arte son la expresión, en forma material de tales intuiciones; belleza y fealdad, no obstante, no son rasgos de las obras de arte sino cualidades del espíritu expresadas por vía intuitiva en esa misma obra de arte.

El filósofo y poeta estadounidense de origen español Jorge Ruiz de Santayana razonó que cuando uno obtiene placer en una cosa, el placer puede considerarse como una cualidad de la cosa en sí misma, más que como una respuesta subjetiva de ella. No se puede caracterizar algún acto humano como bueno en sí mismo, ni denominarlo bueno tan sólo porque se apruebe socialmente, ni puede decirse que algún objeto es bello, porque su color o su forma lleven a llamarlo bello.

John Dewey, el pedagogo y filósofo estadounidense, consideraba la experiencia humana como inconexa, fragmentaria, llena de principios sin conclusiones, o como experiencias manipuladas con claridad como medios destinados a cumplir fines concretos. Aquellas experiencias excepcionales, que fluyen desde sus orígenes hasta su consumación, son estéticas. La experiencia estética es placer por su propio interés, es completa e independiente y es final, no se limita a ser instrumental o a cumplir un propósito concreto.

2.5.1.Marxismo y psicoanálisis

 Los dos poderosos movimientos, el marxismo en los campos de la economía y la política y el las doctrinas freudianas en psicología, han rechazado el principio del arte por el arte y reiterado la dimensión práctica del arte. El marxismo trata el arte como una expresión de la relaciones económicas subyacentes en la sociedad, y mantiene que el arte es importante sólo cuando es "progresista", es decir, cuando defiende los valores de la sociedad en la cual se crea.

Por su parte Sigmund Freud creía en el valor del arte para usarlo de forma terapéutica: es por este medio por el que tanto el artista como el público pueden revelar conflictos profundos y descargar tensiones. Fantasías y ensueños, al intervenir en el arte, son transformados de este modo desde un escape psicológico hasta plantear diversas formas de concebir la vida. En la pintura y la poesía surrealista, el subconsciente se utiliza como una fuente creativa. La técnica de ficción de la corriente de conciencia, sobre todo en los textos del escritor irlandés James Joyce, se derivaba no sólo de la obra de Freud sino también de Los principios de la psicología (1890) del filósofo y psicólogo estadounidense William James y de las novelas de Edouard Dujardin, donde nació el monólogo interior.

2.5.2.Existencialismo

 El filósofo y escritor francés Jean Paul Sartre abogaba por una modalidad de existencialismo en el que el arte fuera una expresión de la libertad del individuo para elegir, y de este modo demostrar la responsabilidad individual de su elección. La desesperación, reflejada en el arte, no es un fin sino un principio porque erradica las culpas y excusas por las que la gente común sufre, y abre el camino para la libertad auténtica.

2.5.3.Controversias académicas  

Las controversias académicas del siglo XX han girado sobre el sentido del arte. El crítico y semántico británico I. A. Richards afirmaba que el arte es un lenguaje. Sostenía que existen dos clases de lenguaje: el simbólico, que transmite ideas e información, y el emotivo, que expresa, evoca y estimula sentimientos y actitudes. Consideraba el arte como un lenguaje emotivo que da orden y coherencia a la experiencia y actitudes, sin contener significados simbólicos.

La obra de Richards fue también importante por su uso de técnicas psicológicas en el estudio de reacciones estéticas. En Crítica práctica (1929) describía experimentos que revelan que también la gente muy culta está condicionada por su educación, por las opiniones de los demás y por otros elementos sociales y circunstanciales en sus respuestas estéticas. Otros escritores han hablado de los efectos condicionantes de la tradición, la moda y otras presiones sociales, notando, por ejemplo, que a principios del siglo XVIII las obras de William Shakespeare se consideraban como bárbaras y el arte gótico como vulgar.

El interés creciente en la estética se revela por la aparición de varias publicaciones, como Journal of Aesthetics and Art Criticism, fundada en los Estados Unidos en 1941, Revue d'Esthétique, creada en Francia en 1948, y la British Journal of Aesthetics, fundada en 1960.

3.CIRUGÍA PLÁSTICA

Rama de la cirugía que se ocupa de remodelar cualquier parte del cuerpo humano afectada por una lesión o deformidad. La malformación puede ser congénita, esto es, estar presente desde el nacimiento, como en el caso de los niños que nacen con fisura palatina o labio leporino u otra anomalía congénita. La desfiguración puede ser también consecuencia de una lesión o deformidad quirúrgica necesaria para el tratamiento de enfermedades como el cáncer. Los objetivos principales de la cirugía plástica son la corrección de anomalías, la restauración de funciones perdidas y la mejora del aspecto de partes desfiguradas.

La cirugía plástica es una de las prácticas quirúrgicas más antiguas. Es probable que las operaciones de reconstrucción de la nariz se realizaran en la antigua India en épocas tan tempranas como en el año 2000 a.C., cuando las amputaciones de la nariz eran un forma de castigo; con el tiempo, la casta de alfareros ideó un método para reconstruir la nariz utilizando una parte de la frente, técnica que aún se emplea hoy en día. También aparecen algunas alusiones a este tipo de cirugía en la antigua Grecia y en Roma. Sin embargo, el desarrollo más significativo de las técnicas quirúrgicas no tuvo lugar casi hasta el siglo XVI, en particular en la obra del médico italiano Gasparo Tagliacozzi. Durante el siglo XX la importancia psicoterapéutica de la cirugía plástica se demostró tras la II Guerra Mundial; las víctimas de heridas y quemaduras de guerra recuperaron la función de las partes de su cuerpo lesionadas y se pudo subsanar la desfiguración externa, que por lo general conduce a estados depresivos.

3.1.CIRUGÍA RECONSTRUCTIVA Y ESTÉTICA  

La cirugía reconstructiva implica la restauración de la función de una parte del cuerpo lesionada y la reconstrucción del contorno físico normal cuando partes del cuerpo, como nariz, mandíbulas, orejas o dedos, se han perdido o desfigurado. El elevado número de accidentes de tráfico que se producen en la actualidad es responsable de que muchos pacientes precisen de la cirugía reconstructiva de la cara. Los pacientes con cáncer sometidos a cirugía de cara y cuello pueden necesitar también reconstrucciones faciales. La cirugía facial es uno de los aspectos más complicados de la cirugía plástica que requiere destreza técnica y artística. La cirugía de la mano también comprende técnicas quirúrgicas complejas, a causa de los injertos de tendones y de la transferencia de músculos para restaurar la utilidad de la zona incapacitada.

Hoy en día, la cirugía plástica se lleva a cabo con frecuencia por razones estéticas, para corregir imperfecciones o modificar los contornos. Entre las intervenciones más frecuentes de cirugía estética están la rinoplastia (remodelación de la nariz), oroplastia (remodelación del oído externo), blefaroplastia (eliminación del exceso de piel y tejido graso de los párpados y área de los ojos) y estiramiento (lifting) facial, para hacer desaparecer los signos del envejecimiento. Otra técnica de cirugía estética es la eliminación de cicatrices visibles; se extirpa el tejido cicatricial y se aproximan los bordes de la herida. Con la popularidad creciente de la cirugía estética desde la década de 1950, la cirugía plástica se ha identificado de forma errónea con la cirugía estética. En realidad, sólo un pequeño porcentaje de cirujanos plásticos se limitan a la práctica de intervenciones estéticas.

4.ESTILO Y LINEA ESTÉTICA.

Bajo este epígrafe se engloban todas aquellas actividades relacionadas con la búsqueda de un estilo propio, de una estética diferenciadora por parte del individuo. La preocupación por la estética es casi tan antigua como la propia humanidad, pero conoce un desarrollo inusitado con la llegada de la llamada sociedad de consumo o del ocio.

La masificación de las urbes y la uniformización de los hábitos de vida llevan al individuo a perseverar en la búsqueda de signos diferenciadores. También, al disponer de más tiempo libre y de mayores rentas, el hombre moderno redescubre el gusto por actividades antes consideradas superfluas y sólo reservadas a las clases pudientes. La decoración, el diseño, la moda, la perfumería, la cosmética, el culto al cuerpo, la peluquería, o la joyería se han convertido en sectores industriales poderosos que mueven miles de millones al año y generan numerosos puestos de trabajo.

Nunca como ahora, las variaciones estéticas, las modas y las sucesiones en los distintos estilos han sido tan rápidas. Las tendencias en el vestir cambian cada año, y la peluquería y la bisutería se han visto abocadas a seguir su ejemplo.

Todos estos sectores mantienen caminos paralelos y definen, finalmente, la estética de cada grupo social y la sensibilidad ideológica de cada momento.

5.PESO IDEAL.

Las primeras fórmulas para calcular el peso ideal de un individuo se deben al cirujano francés Paul Broca, creador de la fórmula de su nombre que permite calcular el peso ideal restando a la talla, en centímetros, cien unidades. Se obtiene así un peso supuestamente ideal del que debe restarse un 5% para las mujeres. Así un hombre de 1,80 m de estatura debería pesar 80 kilos.

A partir de los años 50 las compañías de seguros observaron que el número de defunciones era más alto cuando el peso del difunto superaba o igualaba el ideal de Broca, y disminuía cuando éste era hasta un 15% menor para las mujeres y un 10% para los hombres.

Este valor, no obstante, es meramente orientativo, pues el peso ideal no es un valor matemático, estadístico, sino más bien subjetivo. La gordura o la delgadez sólo tienen importancia cuando se reflejan en un cuadro analítico (valores altos de triglicéridos o de glucosa) que está fuera de los parámetros que la medicina considera normales.

6.CUIDADOS DEL CUERPO.

Según las antiguas interpretaciones, el ideal humano es la unión de

mente, alma y cuerpo. Estos tres puntos cardinales han marcado buena

parte de la historia de la humanidad pero nunca como hasta ahora se

había dado tanta importancia al cuerpo. Tanto desde el punto de vista

médico como estético o deportivo, el hombre del siglo XX ha hecho del

cuidado de su cuerpo un elemento primordial, por encima de la mente y

el alma, tan valoradas en épocas anteriores.

Las modas y las distintas culturas, unidas a la gran capacidad de

información de las sociedades actuales, han hecho posible una

adaptación de los usos y las costumbres que el hombre ha ido

desarrollando a lo largo de los siglos y una aparición de nuevas

formas de cuidar el cuerpo para mantenerlo sano, ágil y fuerte. Esta

cultura ha venido influida, sobre todo, por los fenómenos estéticos

del siglo XX y por el sistema de vida sedentario y, al mismo tiempo,

estresado de los habitantes de las grandes ciudades. El progresivo

abandono de las costumbres y la alimentación tradicionales, que

adaptaban el cuerpo al medio, ha dado paso a un deterioro de la

calidad de vida que es necesario vencer con viejos y nuevos sistemas.

6.1.ALIMENTACIÓN

Palabras como nutrición y dietética han pasado a formar parte del

vocabulario habitual del ciudadano de nuestros días, al intentar

recuperar las ventajas de los sistemas alimentarios más

tradicionales.

La obesidad, que se asocia a muchos problemas de salud, el colesterol

y el desequilibrio que conlleva la alimentación actual, se intentan

combatir mediante dietas más sanas.

6.2.SALUD

El acceso a la medicina preventiva y su importante desarrollo en las

sociedades más avanzadas han supuesto un importante avance en el

campo de la salud, al ser posible evitar algunas enfermedades. El

hombre se ha mentalizado mejor sobre los riesgos que comporta su tipo

de vida y ha aprendido a dominar mejor su entorno. Además de chequeos

y vigilancia permanente, se están recuperado antiguas técnicas de

salud, como la balneoterapia o tratamientos con aguas termales,

baños, duchas, inhalaciones, baños de vapor, tratamientos con barros

y lodos, saunas o masajes. Las nuevas técnicas han permitido añadir

elementos como el jacuzzi, o baño de burbujas, la sauna de

infrarrojos o la oxigenoterapia. Todos estos elementos son una

invitación al descanso, a la conservación de la salud y a la

recuperación después de enfermedades, traumatismos o momentos de

máxima tensión nerviosa.

6.3.DEPORTE

El modo de vida sedentario y la falta de tiempo han favorecido un

incremento de los nuevos deportes, individuales, de ejercicios

rápidos y resultados inmediatos, lejos de la mentalidad colectiva y

social de los deportes tradicionales. Ejercicios como el jogging, una

modalidad solitaria del atletismo que incluso puede practicarse sobre

una cinta en un espacio cerrado, el aerobic, una gimnasia rapidísima

que quema grandes cantidades de energía y grasa, el squash o el

paddle-tennis se han convertido en los verdaderos reyes de las

grandes ciudades, junto con los aparatos de musculación, reducción y

flexibilización para ejercitar el cuerpo en el mínimo tiempo posible.

6.4.ESTÉTICA.

Los cuidados del cuerpo también tienen su componente estético, del

que forman parte tratamientos e intervenciones de todo tipo. Desde la

cirugía para corregir defectos o excesos hasta los métodos más

sencillos: limpieza de cutis, depilación, tratamientos

anticelulíticos, antiarrugas, hidratantes, peluquería y maquillaje,

manicura y pedicura, baños de sol natural o artificial y un largo

etcétera que va incrementándose, día a día, según las necesidades de

cada sociedad.




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Enviado por:Ra
Idioma: castellano
País: España

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