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Frankenstein; Mary Shelley


4º C Nº 12

INDICE

1º) ARGUMENTO

2º) PERSONAJES

3º) EL MONSTRUO CREADO

4º) TIEMPO

5º) ESPACIO Y ESTRUCTURA

6º) PUNTO DE VISTA

7º) OPINION PERSONAL

FRANKENSTEIN

Robert Walton abandona Inglaterra, su país natal, en dirección al Polo Norte y con el propósito de explorarlo. Reúne para ello al grupo de hombres que constituirá su tripulación. Mas esta tarea resulta harto complicada debido al peligro que acecha incesantemente en esos inhóspitos parajes. Una vez conformada la cuadrilla emprende el duro viaje. Cuando están ya llegando al Polo, y las condiciones comienzan a hacerse completa-mente insufribles, encuentran en su camino a un extraño personaje que viaja sobre un trozo de hielo navegando por un mar de aguas congeladas. El hombre es rescatado de entre las aguas y subido a bordo del barco, y es entonces cuando el Doctor Frankenstein comienza su aterrador e insólito relato.

De origen ginebrino y nacido en el seno de una familia bastante acomodada, la infancia del Doctor Frankenstein transcurrió feliz. Desde muy joven se interesó por los secretos que la naturaleza albergaba en su interior. Sus investigaciones se encaminaban hacia la metafísica y los secretos físicos del mundo. Durante años se dedicó a estudiar a Cornelius Agripa, a Paracelso, a Alberto el Grande. Pronto nació en su interior el deseo de deducir las causas últimas, de superar las murallas que impiden a los hombres penetrar en los reductos de la naturaleza, de hallar la fórmula para liberar al organismo humano de la enfermedad haciendo así del hombre un ser invulnerable a todo excepto a la muerte violenta. Era su intención estudiar las fuerzas desconocidas y revelar al mundo los misterios de la creación. Con estas pretensiones abandonó Ginebra y se trasladó a Ingolstadt con el fin de instruirse allí acerca de los avances de la ciencia. Uno de los fenómenos que más le interesaban era la composición de la estructura humana y la de todos los animales vivos.

Una y otra vez se interrogaba acerca del origen de la vida. Para ello se consagró a la investigación de la composición natural y los procesos de corrupción del cuerpo humano tras el fallecimiento, ya que sólo introduciéndose en el estudio de la muerte se hallaría en condiciones de penetrar los misterios de la vida. Una vez hubo reunido los conocimientos necesarios decidió que se hallaba en condiciones de realizar el proyecto que desde el primer momento se había planteado: crear un ser humano. Si conseguía animar la materia inerte, luego le sería posible rescatar a la vida a los cuerpos ya muertos. Y fue así como, violando los secretos de la naturaleza humana, consiguió crear lo que desde un principio se había propuesto. Mas, una vez hubo llevado a cabo su empresa exitosamente, una gran repulsión hacia su obra se apoderó de él y salió corriendo despavorido de la habitación en la que se hallaba su creación. Tras ello cayó en un estado harto peligroso para su salud y, una vez recuperado, decidió volver a Ginebra junto a su familia. Mas cuando llegó a su destino recibió la noticia de que su hermano menor había fallecido en extrañas circunstancias. Un sentimiento de temor invadió al Doctor Frankenstein, y comenzó a sospechar que el autor de tan malévolo crimen pudiera ser la criatura cuyo autor había sido tiempo ha.

Afligido y ensimismado en sus pensamientos decidió, con el fin de recuperarse de los disgustos ocasionados por las desgracias acaecidas en los últimos tiempos y aclarar sus ideas, preparar una excursión a las montañas.

Un día, estando disfrutando del contacto con la naturaleza, apareció ante él desde detrás de unos riscos una abominable criatura desproporcionadamente grande y deforme. Pronto reconoció en ella al monstruo fruto de sus experimentos en Ingolstadt. Al principio se asustó, pero su creación le dijo que se tranquilizara, que no le iba a hacer nada, que únicamente quería hablar con él. Fue entonces cuando el monstruo le llevó a su morada, y allí le relató su historia: Una vez abandonado por Víctor Frankenstein, la criatura salió al mundo exterior. Allí, debido a su aspecto físico, fue víctima del odio y el rechazo de todo el mundo. Su corazón albergaba buenos sentimientos, mas éstos fueron sustituidos por otros de índole negativa al verse expuesto a tamaña beligerancia por parte de los seres humanos. De modo que decidió buscar a su creador para exigirle que cumpliera con la obligación que tenía para con él, y que no era otra que asegurar la felicidad y el bienestar de su creación. De esta manera le pidió al Doctor Frankenstein una única cosa: que le diera una compañera. Nuestro protagonista aceptó la petición del monstruo creyendo que de esta manera, por un lado, cumplía con el deber que tenía para con su creación y, por otro, una vez concluida la labor zanjaría el desagradable asunto. Así que volvió de nuevo a Ginebra con el fin de comenzar con el proyecto que deseaba terminar cuanto antes. Se retiró a una isla con el fin de poder mejor trabajar. Continuamente le asaltaban dudas acerca de si estaba haciendo lo correcto, si no estaría con ello exponiendo a sus congéneres a graves peligros. Pero el miedo que experimentaba era mucho, ya que su creación le había amenazado con matar uno a uno a todos sus seres queridos si no cumplía con su misión. Cierta noche el monstruo se presentó en su laboratorio con el fin de supervisar el avance de los trabajos que culminarían con la creación de su ansiada compañera. El Doctor Frankenstein montó en cólera y destrozó su proyecto, dando así pie a que la criatura desatara su ira contra él.

Uno a uno fue exterminando la creación a los seres queridos de aquel que le había dado la vida, impidiendo así al protagonista de nuestra historia descansar ni ser feliz. Cuando Robert Walton encontró a Víctor Frankenstein éste iba persiguiendo al monstruo con el fin de darle muerte y así poder vengar todos los horribles crímenes de los que sus allegados habían sido víctimas.

A los escasos días de terminar de narrar su historia el Doctor Frankenstein cayó en un estado muy peligroso para su salud, y murió al poco tiempo, no sin antes pedirle a Robert que le vengara. Los restos de Frankenstein reposaban en un camarote del barco. Mientras Walton daba un paseo por cubierta escuchó unos ruidos que provenían de la estancia donde yacía el cuerpo inerte de su carísimo amigo. Corrió a ver qué ocurría, y cual fue su sorpresa al encontrar al monstruo que el Doctor Frankenstein había creado allí, derramando lágrimas sobre los restos de su creador. Robert Walton se enfrentó a él. Mas la horrible criatura, haciendo acopio de fuerzas, le comunicó su sentimiento de arrepentimiento y su propósito de abandonar la vida ahora que habían acabado los motivos para que continuara existiendo. Dicho esto, saltó por la ventana del camarote y desapareció.

Prometeo fue quien robó el fuego a los dioses para entregárselo a los hombres después de que éstos hubieran sido castigados por aquellos a carecer del mismo. Es por ello que el subtítulo dado a esta genial y apasionante novela de la británica Mary Shelley es bastante acertado. Sí, Víctor Frankenstein es una nueva versión del clásico Prometeo de

la mitología griega. Pero no fue el fuego lo que robó el protagonista de la historia, sino el secreto de la vida. Penetrando en los insondables misterios de la naturaleza descubrió el origen de la existencia con el fin de entregarle su secreto a los humanos. El desenlace de la novela guarda asimismo un cierto paralelismo con el prometeico mito: de modo similar a como las acciones del griego fueron penadas con el encadenamiento en la cima del Cáucaso y posteriormente con el martirio que debía suponer el que un águila devora su hígado, que volvería nuevamente a crecer, el Doctor Frankenstein será castigado a arrastrar consigo durante el resto de sus días el dolor de la desgracia que se cierne sobre su cabeza, un martirio interminable que sólo hallará alivio con la muerte.

Las páginas de esta obra dan mucho que pensar. Se expone aquí un tema cuya repercusión y efectos debieron ser los mismos que los que ocasionaran años atrás las obras de Julio Verne. El viaje de la Tierra a la Luna podía parecer una ficción en su tiempo, un imposible y vano fantasma fruto de un delirio pasajero. Pero lo cierto es que el hombre ha llegado a la Luna, y la realidad ha superado con creces a la ficción. ¿No hemos pisado ya la Luna? ¿No es cierto que con los avances actuales de la ciencia pronto podremos llegar mucho más lejos de lo que aún podamos imaginar? Las aparentemente ficticias historias de las que estos autores nos hacen partícipes, especialmente la obra que nos ocupa en este estudio, instan al lector a pararse a hacer un serio balance acerca de las drásticas consecuencias que los avances de la ciencia y la tecnología pueden traer consigo. Todo ello plantea serios problemas, en gran parte éticos. A continuación explicaré a qué me quiero referir con esto de los problemas éticos. La problemática expuesta en “Frankenstein” bien podría trasladarse a la que hoy día existe en torno al asunto de la clonación. Primero se empezó por clonar animales (fruto de ello se creó a la célebre oveja Dolly). Lo siguiente sería hacer copias exactas y perfectas de los órganos humanos, alegando como razón que ello sería de gran provecho en el caso de la realización de transplantes de los mismos, que de este modo se salvarían muchas vidas. En lo que a este punto respecta, se hizo en primer lugar la firme promesa de que la técnica de la clonación no se aplicaría nunca para crear seres humanos en su completitud, esto es, que no se utilizaría como medio para dar vida a hombres completos sustituyendo así la reproducción embrionaria propia de los seres humanos por otra artificial. Hoy se rumorea que los científicos, rompiendo la promesa que en su día (un día que, por otro lado, no nos queda demasiado lejano en el tiempo) hicieron a la humanidad, se están planteando emplear la clonación para dar origen a individuos del género humano. Arguyen para justificarlo que de este modo se mejorara la especie, que las cosas avanzarán más rápido, que viviremos más y mejor, que pronto nos elevaremos hacia un grado superior de ser, de existir...

¿Es esto realmente cierto? ¿Mejorará en algo la clonación nuestras condiciones de vida? Evidentemente sí; gracias a esta técnica podremos llegar a ser lo que queramos, hacer del ser humano una especie de superhombre, insensible al dolor y a la muerte, capaz de realizar cualquier maravilla que se propusiera. Nos elevaríamos así a la categoría de dioses, el secreto de la vida en nuestras manos, el mundo a nuestros pies. Todo ello es claramente positivo. Mediante un simple proceso de manipulación del genoma humano se posibilitaría la consecución de individuos que poseyeran un basto coeficiente intelectual, una gran fuerza, una belleza inigualable... (el elenco de características entre las que se puede elegir a la hora de crear este tipo de seres es casi ilimitado) . Bastaría con realizar varios prototipos de hombres ideales conforme a los cuales se realizaría la clonación.

Así obtener cientos, miles, millones de individuos totalmente idénticos entre sí. Se podrían, como describió Aldous Huxley en “Un mundo feliz”, realizar varios tipos de hombres: Epsilones, Alfas-Más, Metas-Menos... Cada uno de ellos destinados a una determinada labor, con un papel ya prefijado desde antes de que tenga lugar su nacimiento. Se ten-dría así la posibilidad de crear individuos que fueran capaces de satisfacer las necesidades que en la sociedad fueran surgiendo. Es innegable que ello contribuiría en gran medida a abrirnos paso y avanzar satisfactoria-mente en muchos campos que hoy se consideran inescrutables para el hombre. Pero, ¿no es cierto también que ello destruiría la originalidad de la especie? ¿Acaso no es verdad que podría dar lugar a que el poder se con- centrara aún más si cabe en manos de aquellos que tienen la potestad para realizar este tipo de actividades? Es por todo esto que se hace impres-cindible una reposada y detenida reflexión en torno al asunto porque, lo que hoy puede parecer positivo bien podría tener consecuencias muy negativas, incluso devastadoras para el género humano. Lo primero que habría que plantearse es si se debe confiar plenamente en la palabra de aquellos que prometen que el sistema siempre será utilizado como medio para beneficiar al hombre, para mejorarlo, y nunca en detrimento de la especie humana. Y es en este punto donde se hace preciso adoptar una postura cuyos extremos serían la confianza o el recelo (un término medio no ten-dría lugar debido a la importancia que posee el asunto que nos ocupa). Porque, claro está, no todo lo que en un principio promete ser bueno acaba siendo de este modo. Piénsese por ejemplo en la importancia que tuvo el descubrimiento de la fusión atómica. Evidentemente dicho hallazgo ha originado grandes avances; mas también enormes catástrofes, véase el caso del impune uso que se ha hecho de él para crear algo tan monstruoso como la bomba nuclear, que ha ocasionado grandes calamidades no sólo en lo que al entorno ecológico se refiere, sino también en el ámbito humano. ¿Cuántas vidas se cobró la bomba de Hiroshima? ¿Qué alcance tuvo? ¿Cuáles fueron sus repercusiones? Todo ello no hace sino echar tierra sobre el proyecto de la clonación en lo que a seres humanos se refiere. Pero la que suscribe no trata de probar ni defender que la clonación sea positiva o negativa (entre otras cosas porque no se considera con la suficiente autoridad moral como para emitir una sentencia en torno a la misma). Lo único que trato de demostrar es que urge realizar una valoración del asunto, de sus posibles consecuencias (ya sean beneficiosas o perjudiciales).

Si seguimos a la autora en el punto que nos ocupa ahora mismo, su balance es absolutamente pesimista. Mary Shelley predice claramente las consecuencias de la utilización tecnológica inmoral. La novela, aparecida en el período de la primera Revolución Industrial, hizo reflexionar a la escritora sobre los riesgos de la sociedad tecnológica naciente, inherente a la investigación científica y a la explotación de la naturaleza.

Lo que subyace a los proyectos del Doctor Frankenstein es, obvia-mente, un intento de obtener poder. Víctor se inspira en los flamantes científicos en quienes ha adivinado ese poder ilimitado para ocupar el papel de Dios en relación a su creación. Al hacer eso no sólo ha penetrado la naturaleza, sino que ha usurpado el poder de procreación en un deseo maniático de controlar los modos de reproducción con el objetivo de ser reconocido y reverenciado como el padre de las nuevas especies. Pero pronto se frustran sus ambiciones: la criatura a la que ha dado a luz se rebela contra su creador. Es sólo entonces cuando Frankenstein comienza a plantearse el verdadero alcance y la repercusión de su obra. Mas ya es demasiado tarde, no se puede hacer nada

Y es así como la creación termina por destruir a su “padre”.

La novela de Mary Shelley toma en consideración el hecho de que nuestro punto de vista del universo y nuestro estatus en él pueden ser cambiados radicalmente. Dichos cambios pueden ubicar al hombre en predicamentos nuevos y difíciles. Lo que pretende la autora es advertir contra la utilización de la inteligencia científica divorciada de los principios mora-les, contra los peligros inherentes a los desarrollos tecnológicos de la ciencia moderna. El mensaje clave de la obra bien podría ser el siguiente: un desarrollo científico moralmente irresponsable puede liberar un monstruo con capacidad de destruir a la humanidad.

El desarrollo de la ciencia y la tecnología ha operado de tal manera que ha desequilibrado el balance entre los sistemas humanos y el sistema natural. Los científicos contemporáneos ya no se interesan por explorar la naturaleza, sino que dirigen todos sus esfuerzos a construir un nuevo sustituto artificial de ella.

La conclusión obvia de la novela es que la raza humana siempre ha intentado ir más allá de sus posibilidades, convirtiéndose finalmente así en una prisionera no de su cuerpo, sino de algo muy inhumano, y al mismo tiempo de su propio intelecto. La humanidad ha acabado por sucumbir víctima de la ambición, continuando incansablemente en su aspiración por el desafío la tarea de borrar cualquier vínculo con la naturaleza.

PERSONAJES

No hay solo un protagonista , sino que lo son el doctor Frankenstein y su engendro por igual. Con esto también quiero decir que no hay un antagonista porque ninguno de los personajes es el malo , sino que se producen unos cambios en su personalidad que en ocasiones los hacen ser “malos” y en ocasiones “buenos”.

Frankenstein es un ser engendrado por el doctor Frankenstein.

En esta obra hay unos cuantos personajes secundarios: Clerval , Elisabeth , el padre del Dr. Frankenstein y Justine.

La relación del doctor Frankenstein con Clerval es amistosa, pero casi se consideran hermanos. En cambio , entre el profesor y Elisabeth hay una relación más amorosa que fraternal y respecto a Justine es una relación amistosa muy fuerte (desde niños).

El carácter del doctor Frankenstein hace unos cambios radicales durante su narración. Cuando empieza su historia , al engendrar al monstruo , es un chico influenciable por los libros (se deja llevar por teorías leídas en libros antiquísimos) pero con muy buen corazón. En el transcurso de los años de la operación su carácter va haciéndose cada vez mas cerrado hasta que al dar la vida al engendro se da cuenta de en lo que se esta convirtiendo .Al llegar este momento, se le hace necesaria la ayuda de su familia para salir a flote. En ocasiones se siente culpable por haber abandonado al engendro pero cuando piensa en si aspecto se convence a si mismo que ha hecho bien. En cambio , en la persecución del engendro siente muchas veces odio (cuando mata a sus seres queridos) pero después siente un gran vacío por la perdida de todos ellos.

En cuanto a su engendro , cuando es concebido es como un niño , ingenuo y con buen corazón. Cuando sale a la calle y los demás lo agreden , no sabe la razón , se asusta y huye al bosque desesperado.

Al llegar a la caseta y encontrar a sus habitantes, siente la necesidad de aprender a leer , a hablar... para ser un poco como las personas “normales” y consigue su propósito pero ellos al verle se asustan y él comprende él porque de sus desprecios :es un monstruo. A partir de este punto , Frankenstein empieza a reflexionar sobre su creador y se va llenando poco a poco de odio. Él al pensar sobre la decisión del doctor Frankenstein al abandonarlo y se da cuenta de que si lo engendró .Por estas razones quiere venganza y desea que su “padre” se sienta como él de solo. Por eso, al consumir su venganza (la muerte de Frankenstein lleno de dolor) .

EL MONSTRUO CREADO ¿ES HUMANO? ¿TIENE SENTIMIENTOS? ¿CUÁL ES SI IDENTIDAD?

Como se define en la película es un ser formado de pedazos de ladrones y asesinos, “el mal cosido al mal” que jamás dará las gracias por su monstruoso nacimiento.

Puede decirse que es humano ya que muestra una serie de sentimientos y emociones propias de los hombres: miedo, ternura, timidez, tristeza, amor, rabia, odio, etc., y además sabe qué es bueno y qué malo.

  • Es capaz de acciones buenas y tiernas como ayudar a los campesinos, emocionarse con los regalos y la flor, hablar con el ciego, sentirse feo, etc.

  • Más tarde, tras leer el diario y comprender su existencia, es capaz de las acciones peores motivadas por la rabia y la venganza, como matar al niño o a Elizabeth.

En un momento de la película pregunta a su creador: ¿Alguna vez consideraste las consecuencias de tus actos? Tú me diste las emociones pero no me dijiste cómo usarlas. Incluso pregunta ¿tengo alma?. En este momento aún se debate entre lo bueno y lo malo: “por la simpatía de un ser vivo haría las paces con todo; un amigo, una compañera que se parezca a mí y no me odie como tú”. Necesita amor y así lo declara: “Hay dentro de mí un amor y una rabia muy intensos, si no puedo satisfacer el uno daré rienda suelta a la otra” y eso es lo que hace.

En cuanto a su identidad creo que no llega a saber nunca quién fue. En un momento pregunta de qué parte provienen determinados conocimientos recordados, no aprendidos: leer, tocar la flauta, pensar, etc. Pero no tiene clara su identidad pues aún al final contesta: “Él jamás me dio un nombre” y manifiesta su último sentimiento humano llorando porque “él era mi padre”.

TIEMPO

El libro empieza con las cartas de Walton a su hermana relatándole su viaje. Este viaje dura mas o menos tres meses pero no se puede concretar porque no hay fechas en las cartas que envía.

El relato del doctor Frankenstein dura unos 30 años mas o menos porque cuando se lo encuentra al tiempo de haberlo abandonado, el monstruo ya es un adulto.

El relato esta desarrollado en el siglo XVIII , cosa que influye bastante en la historia y nos permite deducir algunas cosas.

Nos deja entrever que la familia del Dr. Frankenstein era de una familia adinerada porque en aquella época solo podían ir a la universidad los jóvenes ricos. También queda un poco patente en el relato la poca influencia(por no decir nula) de las mujeres en esa época. Las mujeres que aparecen en el relato todas son amas de casa y ninguna ha podido estudiar.

El transcurso del tiempo en el relato no es lineal ni mucho menos. Al principio de la novela (las cartas) relata unas semanas del presente y cuando se encuentran al doctor Frankenstein, la novela pasa a ser su diario en el que le cuenta unos días de su viaje: los días después de encontrar al náufrago hasta que despierta partir del su despertar, el doctor Frankenstein comienza a contar la historia de su vida , es decir , hace un salto para atrás en el tiempo.

Al terminar el doctor el relato, vuelve a contar los hechos que se suceden en el barco (en el presente) hasta que llega el monstruo y le habla sobre sus deseos de no matar más.

En torno al desarrollo de la historia hay varios ritmos a lo largo del relato según el personaje que lo este narrando.

En un principio, cuando lo narra Walton el relato tiene un ritmo normal , las cosas van sucediéndose mas o menos al ritmo real.

En cuanto al ritmo de la narración del doctor Frankenstein en el transcurso de la creación del engendro el ritmo es mas o menos lento porque se piensa muy bien las cosas antes de hacerlas y se lo comenta todo a su oyente. Por otro lado tenemos el ritmo del engendo, de Frankenstein, que la mayoría de las veces es lento

ESPACIO

El relato se lo cuenta el Dr. Frankenstein a Walton en el barco pero el relato en si transcurre principalmente en tres lugares: en Ginebra (tierra natal del doctor Frankenstein) , en la universidad y casi siempre en diferentes bosques y montañas, todos parajes aislados de la gente y sombríos la mayoría de las veces.

Esto influye mucho el desarrollo del relato porque le da a éste un toque de misterio muy acentuado.

Además , el libro es de ciencia-ficción pero la autora quiere añadir un toque de misterio y de terror que si no incluyera en el relato estos paisajes no podría lograr de ninguna forma.

ESTRUCTURA EXTERNA

Esta novela esta estructurada en capítulos pero según los diferentes narradores.

Primeramente , se exponen las cuatro cartas de Walton destinadas a su hermana. Estas cartas tan solo están numeradas del 1 al 4.

A continuación , esta una parte del diario del capitán. Después de este tramo de diario, hay la explicación del doctor Frankenstein , que están distribuidos con numeración diferente a la del capitán. También en medio de esta historia esta el relato del engendro , a la que capitulan diferente. Y ya para finalizar, el ultimo trozo de la novela la cuenta el capitán, y vuelve retomar el numero de capítulo del ultimo que narra este antes de la historia del doctor.

Esta capitulación influye muy positivamente en la novela porque si no estuviera estructurada así el lector no sabría cuando cuenta la historia uno y cuando la cuenta otro y seria muy liado el entramado de hechos.

PUNTO DE VISTA Y ACTITUD NARRATIVA

El argumento de esta novela tiene distintos narradores.El libro empieza con las cartas de Walton , que son narradas en primera persona y le cuenta como transcurre el viaje.

Después de las cartas sigue siendo una narración en primera persona de Walton pero esta vez contada en forma de diario.

El relato del doctor Frankenstein al capitán del navío es una narración hecha en primera persona pero tiene la peculiaridad de que esta incluida en el diario de Walton .No obstante el doctor es el protagonista de los hechos. Y haciendo un paréntesis en esta parte del libro esta la narración del engendro que también es en primera persona.

Por eso en este relato hay varios puntos de vista sobre un mismo hecho: la creación de un ser.

Por una parte tenemos al doctor Frankenstein , que cuenta su forma de vida antes y después de engendrar el monstruo y por otra parte tenemos al engendro , que durante gran parte del relato nos cuenta la misma parte de historia que el doctor pero desde su punto de vista y de la forma que ha vivido durante ese tiempo. Evidentemente , los relatos de los dos protagonistas son simultáneos gran parte de la obra, pero contados desde las diferentes formas de vida que han tenido los dos durante el tiempo que relatan.

Los narradores muestran al lector muy claramente sus ideologías y pensamientos.

En el caso del doctor Fankenstein nos deja entrever su aprendizaje con los libros antiguos de alquimia y su gran afición y reverencias a los maestros que escribieron esos libros. También nos muestra muy claramente sus sentimientos entorno al monstruo en cada momento: al principio de su creación es de asco y repulsión total hacia su engendro , después se siente culpable por haberle creado y abandonarlo y finalmente siente un gran odio porque le ha arrebatado a su familia.

OPINIÓN PERSONAL

Este libro me ha impactado bastante por unas cuantas cosillas.

Primero por como habla la escritora de un tema del que se desconoce todavía muchas cosas como es la clonación: el derecho del hombre a ejercer y arrebatar el papel de la creación a Dios.

La escritora de este libro nos quiere transmitir la moraleja de que hay cosas como la creación el la que los hombre no pueden intervenir y que es el Dios Supremo el único que puede decidir sobre la vida de los hombres.

También habla de un tema como es la responsabilidad de un padre /madre de cuidar, mantener y proteger a sus hijos por el hecho de haberlos traído al mundo. Estoy de acuerdo con esto porque hay progenitores que solo se preocupan de traer los hijos al mundo y después se despreocupan totalmente.

Aunque este libro me ha costado un poco leerlo, sobre todo el principio porque era un poco lioso pero aunque luego lo he conseguido entender todo bien. En general está bastante bien y me ha gustado.




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Enviado por:Calvo
Idioma: castellano
País: España

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